Capítulo 24

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Nayeon

En la hora del almuerzo fui por Mina, encontrándome a medio camino con Chanyeol, quién me explicó que ella había salido a comer con un cliente. Planeaba regresar con mis compañeros, sin embargo, acabé sentada compartiendo un agradable rato con el asistente de mi novia.

Al regresar, Jihyo se acercó a mí y me pidió que buscara unos documentos de la oficina de Mina sin demorar demasiado, gracias a eso tuve que que volver sobre mis pies sin quejas e ingresar en el ascensor, rogando que este llegara al piso lo más rápido posible. Jihyo enojada no es algo que me agrade ver.

Por fin las puertas se abren, me acerco a paso rápido hacia el escritorio de recepción, Lisa aparta la vista de la pantalla de su computadora y me mira con una pequeña sonrisa.

- Disculpa Lisa, ¿sabes si la Señorita Myoui está en su oficina?.

- No, ella salió hace media hora y dijo que tardaría un poco en regresar.

- Diablos - murmuro, al parecer ella lo nota porque me mira divertida.

- Lo sé, es horrible necesitar algo rápido y no conseguirlo, Myoui no está, pero tal vez su asistente sí.

Entonces lo recuerdo, Chanyeol ya ha llegado, él puede ayudarme.

Se levanta de su silla y yo la sigo hasta que se detiene frente a la gran puerta del despacho, golpea un par de veces pero nadie responde. Gira el pomo de la puerta, está cerrado.

- Puede que Mina haya dejado la llave, yo me fui en la hora del almuerzo y la vi aquí por última vez antes de salir.

Me quedo allí de pie, Lisa regresa a su puesto y del cajón del escritorio saca un pequeño llavero con una figura de pingüino, una risa se escapa de mis labios, nunca creí que ella tuviera eso tan adorable.

- Sabes, no debería dejar entrar a cualquiera, pero eres Im Nayeon y por orden debo permitirlo.

Abre la puerta, me deja el paso libre, abro la boca y elevo las cejas en un gesto de sorpresa, de repente un cálido cosquilleo inunda mi pecho.

- Toma, cierra cuando acabes, debo seguir con eso.

Recibo la llave en mi mano y asiento, entro a prisa, ya he tardado un poco. Paso un par de minutos adicionales buscando, me desespero al no encontrar lo que necesito dentro de esta enorme habitación.

- Maldita sea Jihyo y maldita sea Myoui con esta oficina del demonio - maldigo por lo bajo.

- ¿Cómo entraste?.

Esa voz, siento una fría corriente que atraviesa toda mi espalda, me giro para verla y noto que mientras deja un paraguas en el perchero junto a la puerta no deja de mirarme, cierra la puerta, sus bonitos ojos me analizan duramente a la vez que avanza hasta mí.

- Te pregunté algo - repite de la manera más hosca que existe.

Trago saliva, carajo, ¿es que jamás podré responderle sin querer esconder mi rostro entre mis rodillas?, ¿por qué sigo temiendo a esa faceta que tiene?, en definitiva esto no está nada bien.

- ¿Acaso no sabes que está prohibido ingresar cuando yo no me encuentro aquí?

- Lo siento, Lisa... Jihyo... Cerrado - me siento torpe, Mina muestra una sonrisa soberbia y se acerca.

Toma mi mentón con cuidado, se inclina y deja un beso casto en mi frente.

- Agradecería si pudieras contarme con claridad.

Acaricia mis mejillas con sus pulgares, no pudo dejar de mirarla, ella es tan hermosa, cada centímetro suyo. Cuando baja las palmas por mi cuello me aparto, su piel está fría.

❝𝑭𝑰𝑭𝑻𝒀 𝑺𝑯𝑨𝑫𝑬𝑺 𝑶𝑭 𝑴𝒀𝑶𝑼𝑰❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora