Capítulo 22

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Del cajón del escritorio saca un pequeño paquete de chicles, toma uno y lo mete en su boca, los dientes lo aprisionan con fuerza, está demasiado nerviosa. Mientras sus dedos presionan rápidamente las teclas de su laptop, los pies le danzan de un lado a otro bajo la mesa.

Los correos están listos, cuando presiona enviar se desploma hacia atrás en su asiento, queda esperar a que los llamados acudan a su oficina. Chanyeol le mira conmovido, sabe lo que pasa por la mente de su amiga, está tensa, algo incómoda, pero también sabe que es fuerte.

A los diez minutos unos toques en la puerta llaman la atención de ambos, Yeol se levanta para abrir y luego sale, debe dar privacidad.

Dentro hay cinco personas, seis contando a la japonesa que ahora se mantiene erguida y firme. Lo único que Mina ve son rostros pálidos, uno de ellos trata de mantener la compostura, pero por lo bajo puede notarse como presiona sus dedos sobre otros buscando un consuelo.

— Creo que ya tienen entendida la razón por la que se encuentran aquí, ¿o me equivoco?.

— No se equivoca— responden todos en conjunto.

— Bien, entonces les pido que tomen asiento, pasaré a explicarles que se encuentran en un grave riesgo, pero esa desición no se ha tomado de un día para otro, ustedes tienen un seguimiento constante y en ello se han notado algunos fallos.

La nipona se aclara la garganta, lee en la pantalla de su computadora y pasa a decirles con paciencia lo que necesitan saber.

— Sus atrasos cumplen el 50%, es decir el doble de lo establecido — la primera mirada se la llevan Somi y Jackson, quienes tan solo bajan la cabeza avergonzados.

— La presentación de trabajos este mes ha sido prácticamente nula o de muy pobre elaboración, deben ser conscientes que esto es una oficina, son adultos y tienen tareas por cumplir, no es un patio de juegos.

Los ojos de la castaña se clavan en el rostro nervioso de Jeon Jungkook, ese muchacho tan solo ha traído múltiples problemas, desde sanciones por encontrarlo teniendo relaciones sexuales en la sala de juntas con otro empleado, hasta una gran suma de dinero que debieron pagarle a un importante político japonés cuando el joven casi lo arrolla con su coche en el estacionamiento.

— Señor Park, le ha faltado el respeto más de una vez a los compradores, inclusive a personas con un cargo mayor al suyo, en el que incluyo a mi asistente.

Jinyoung abre la boca para hablar, no es alguien a quien le guste quedarse callado.

— Ese tarado perdió los informes que me había tardado semanas en escribir.

— Primero señor Park, no me alce la voz y no le llame de esa manera a Chanyeol, segundo, los informes llegaron en perfecto estado a mis manos y tercero, echarle una taza de café helado encima no es manera de pedirle explicaciones.

La voz de Sharon es firme, molesta, tanto que el peligro acaba por encogerse en su lugar, esa mujer es tan feroz.

— Jóvenes, no puedo tolerar su falta de empatía y poco empeño, siento decirles que es momento de dejarlos marchar, el dinero por sus últimos trabajos será abonado en esta misma semana.

Se escucha como una sentencia, todos se miran entre ellos, y es una chica de cabellos rubios quién se atreve a levantar la mano para tomar la palabra.

— Disculpe Señorita.

— ¿Si Manobal?

— Acepto que he tenido faltas con respecto a mis trabajos y algunos horarios, pero no he formado parte de ninguno de los otros actos que mencionó.

❝𝑭𝑰𝑭𝑻𝒀 𝑺𝑯𝑨𝑫𝑬𝑺 𝑶𝑭 𝑴𝒀𝑶𝑼𝑰❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora