Capítulo 82

440 37 9
                                    

Nayeon

Entrando la noche, Kai se da una vuelta por el apartamento para dejarle a Mina las cosas que tenía en la otra casa. Dice algo como qué el padre de Kunpimook la pondrá en venta luego, ya que no tiene nada que ver con la propiedad. Tengo una sensación algo amarga cuando los escucho comentar al respecto, pensar en Mina compartiendo la misma cama que ese hombre noche tras noche me llena de un sentimiento que me atiesa todo el cuerpo ¿Le habrá hecho daño? Espero que no. No quiero creerlo.

Me pierdo en mis pensamientos cuando lo veo marchar y ella regresa a la cocina con una sonrisa cansada.

— No aceptó mi oferta. Insistió en quedarse en el hotel — deja caer las manos a la cintura —. Igualmente, regresará pronto a Londres.

Londres. Lo había olvidado.

— Nayeon ¿te encuentras bien?

Parpadeo un par de veces, tratando de quitar la expresión compungida de mi rostro. 

— Sí, no te preocupes.

— Nayeon — ella intenta otra vez. Es ese mismo tono afable del doctor Ahn —. Puedes hablar conmigo.

Entonces me siento erguida en el taburete y enredo mis dedos entre si tratando de sacar mis pensamientos poco a poco.

— Estoy...preocupada.

— ¿Por la prensa? Tranquila, te dije que podemos solucionar eso.

— No. Por ti.

— ¿Qué pasa conmigo? — sus cejas se fruncen en un mohín adorable.

— Sé que han sido muchas preguntas y confesiones en un solo día, pero ¿podrías responderme algo más? Sólo algo.

Mina avanza hasta estar a mi lado y gira el taburete hacia ella. Me sostiene las manos con cariño y las besa despacio para darme calma. Sus ojos están brillando en la espera.

— Claro.

— ¿Kunpimook te hizo daño?

— ¿De qué daño estamos hablando específicamente?

— Yo solo quisiera saber si él... — estoy balbuceando. Vamos Nayeon. Puedes hacerlo.

— Quiero saber si él no te ha tocado de esa manera.

Su expresión cambia, no a una molesta, más bien a una que no me dice nada en absoluto. El corazón me martillea contra los oídos y puedo sentir mis palmas sudando entre el agarre que tiene entre sus manos, ahora mucho más fuerte.

— Por favor, dímelo.

Entonces suelta mis manos con calma y lleva las suyas a mi rostro, acunando mis mejillas calientes y mirándome con profundidad. Puedo sentir sus dedos acariciando mi barbilla.

— No. Él no ha hecho nada. Intentó mucho antes hacerlo, dos veces, pero lo detuve. A pesar de todo, jamás dejaría que pusiera un solo dedo en mí.

Siento que recupero el color, y casi por instinto la abrazo entre mis piernas con tanta fuerza que ella tiene que sostenerse de mí para no caer ambas al suelo.

— Oh, Nayeon — suspira contra mi cabello, y lo besa.

— Gracias. Dios no sabes cuán agradecida estoy. Me hubiera roto por completo. Tan solo pensar que él...

Ella detiene mis palabras y me acaricia muy despacio para calmar mi respiración ahogada. Está evitando que llore. A Mina no le gusta verme llorar.

— Tranquila. Respira. Fue solo un mal sueño, piénsalo de esa manera. Ya nada es real.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 10 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

❝𝑭𝑰𝑭𝑻𝒀 𝑺𝑯𝑨𝑫𝑬𝑺 𝑶𝑭 𝑴𝒀𝑶𝑼𝑰❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora