Capítulo 11

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Mina

Es lunes, entro en la oficina y un dulce y agradable aroma me recibe. Chanyeol está ahí, sentado en uno de los sillones leyendo unos papeles.

Sonrío, es justo la persona que quiero encontrar en este momento. Desde que me levanté no puedo dejar de pensar en que quiero darle algo a Nayeon, y no existe otro experto en el mundo de las citas como lo es mi asistente.

- Buenos días.

Mi voz suena cantarina, estoy de buen humor, eso no puedo negarlo.

-Mina - sonríe con sorpresa. - Quien hubiera imaginado que fueras tú.

- ¿Por qué?.

- No sé, porque normalmente traes un genio parecido al del Grinch.

Sonrío, me acerco y revuelvo su perfecto cabello para molestarlo, luego paso directo hacia mi silla.

- No voy a decir nada para no arruinar tu buen humor- bufa irritado mientras se acomoda los rizos negros.

- ¿Qué te tiene así?.

Me muerdo el labio inferior para retener la enorme sonrisa que desea brotar desde mi ser, él lo nota y sus ojos brillan con diversión mientras me observa. De inmediato sé que ya tiene una respuesta.

- Entonces hice bien en ofrecerle mis entradas al baile- Comenta.

- Eres un genio- le digo con honestidad.

- ¿Besa bien?.

Diablos, ¿acaso puede leer todo lo que pienso?, o tal vez soy muy predecible, aunque no lo creo.

- Bien no, perfecto le queda mejor.

- ¿Y qué opina ella de esto?.

Esa es la pregunta final, lo descubro porque se ha inclinado sobre la mesa y está apoyado allí, como si estuviera a punto de saltar de su asiento.

- Quiere ser mía.

Chanyeol sonríe, está emocionado pero se contiene, yo me mantengo en mi lugar, acariciando mi propios pulgares por debajo de la mesa.

- Necesito pedirte un favor.

- Dime.

- Quiero darle algo, pero como sabrás, no he obsequiado un endemoniado ramo de flores a nadie en mi corta vida.

- ¿Necesitas que elija por ti?.

- Sí, toma esto, úsala sabiamente.

Le entrego mi tarjeta de crédito, una de las tantas que tengo, confío en que va a cuidarla.

- Perfecto, ahora mismo voy, y por cierto, su café está allí.

Señala la mesita de centro, vaya, he entrado tan despistada que apenas lo veo. Debería comenzar a concentrarme o este día se hará muy largo.

- Gracias.

Hace una pequeña reverencia y sale, ahora estoy yo sola y es momento de trabajar.
Abro el cajón, saco la agenda y comienzo a leer las páginas.

Las citas del día están marcadas con resaltador, pero es ese rosa chillón que tanto detesto. Tendré que enviar a Chanyeol a librería luego.

Pronto llega la hora de la primera reunión, diez minutos para las nueve en punto. Camino de lado a otro con nerviosismo, mirando cada tanto el reloj en mi muñeca.
Chanyeol no ha llegado y eso me preocupa.

- ¡Mina!.

Siento que exclama una voz a mis espaldas, doy un pequeño salto por el susto y me giro molesta.

❝𝑭𝑰𝑭𝑻𝒀 𝑺𝑯𝑨𝑫𝑬𝑺 𝑶𝑭 𝑴𝒀𝑶𝑼𝑰❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora