Capítulo 10

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Nayeon

La fiesta ya ha comenzado, hemos cenado y ahora el verdadero baile da inicio, muchos chicos y algunas chicas me invitan a bailar, todos allí parecen tener ganas de divertirse.

No sé con cuantas personas he bailado, pero estoy agotada, por lo que cuando un camarero pasa ofreciendo vino, tomo una copa y bebo para saciar un poco la sensación seca de mi garganta. Apoyo mi espalda en un pilar, desde allí tengo una vista casi completa del salón.

En lo que va de la noche, no he podido encontrar a Mina, y eso me preocupa un poco, las inseguridades comienzan a llegar ¿Y si ella no está aquí?, ¿Si tan solo ha sido un engaño? No, no creo que ella sea capaz, incluso ha mandado a traerme un collar especial, que por cierto guardo en mi cartera. Aún no desisto en mi idea de que sea ella quien me lo coloque.

De pronto noto como una chica me observaba, su vestido es morado oscuro, con escote en forma de corazón. Lleva un antifaz negro con pequeños detalles plateados, sus zapatos de tacón son de igual color.
Sus ondas castañas caen sobre sus hombros.

De alguna manera estamos en un trance, ella no puede dejar de mirarme, y yo no puedo impedir que siga haciéndolo. Siento mi pulso dispararse cuando comienza a caminar en mi dirección.

Me habla, me invita a bailar. Su voz es suave, pero tan profunda que logra mover todo en mi interior. Dejo la copa en una mesa cercana y tomo la mano que me extiende.
Sus ojos oscuros me observan, se inclina y besa mi mano. Dios mío.

Me arrastra con suavidad hacia el centro de la pista, el baile comienza.
«Love Me Like You Do de Ellie Goulding» suena por todo el salón. Nuestras manos y brazos se encuentran, como si esto fuera algo ensayado de toda la vida.

Hace tanto que no bailaba, y me siendo tan torpe que temo pisarla, pero por alguna razón ella me transmite confianza, me guía sin problemas y no tardo en seguir su ritmo. Me sonríe, su sonrisa es hermosa, y siento que la conozco de algún lugar.

Cuando el clímax de la canción llega, me toma por la cintura y me levanta del suelo, dando vueltas conmigo en el aire. Esto es algo que sólo he visto en películas, pasos dignos de príncipes y princesas de Disney.

Mi corazón palpita en todo momento, cuando mis pies tocan el suelo me aferro a sus hombros. Nos inclinamos a modo de despedida, vuelve a besar mi mano y se retira.

Tardo unos minutos en salir de esa burbuja de ensueño, y rápido me dirijo al jardín trasero. La búsqueda de mi jefa no ha terminado.

La luz de la luna y algunas lámparas artificiales iluminan los arbustos, árboles, rosedales, bancas y fuentes que se encuentran en ese maravilloso lugar. Hay pocas personas, la mayoría jóvenes que conversan y se despejan del movido ambiente del interior.

Sigo por el sendero, me alejo un poco hasta una fuente rodeada de lo que parece ser un enorme laberinto de rosas rojas. Me entretengo mirándolas, son todas iguales, pero puedo notar la belleza en cada una de ellas.

Levanto la mirada al cielo, la luna llena parece ser más grande y luminosa que nunca.

— ¿Dónde estás?

Me pregunto, y pasan unos minutos para que otra voz acompañe la mía. Es la mujer con la que he bailado.
Volteo, le miro con gentileza, tratando de sonreír sin mostrar mis dientes, no es algo con lo que me sienta muy cómoda.

— Lamento si te molesto, pero me gustaría hablar contigo, solo si quieres.

Acepto, después de todo una plática no vendría nada mal.

❝𝑭𝑰𝑭𝑻𝒀 𝑺𝑯𝑨𝑫𝑬𝑺 𝑶𝑭 𝑴𝒀𝑶𝑼𝑰❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora