❝𝑭𝑰𝑭𝑻𝒀 𝑺𝑯𝑨𝑫𝑬𝑺 𝑶𝑭 𝑴𝒀𝑶𝑼𝑰❞

Capítulo 14

Mina

- Señorita, con su permiso me retiro.

- Ve Yeol.

- Nos vemos luego.

Se despide con un abrazo.

- Hasta luego.

Me quedo allí un rato más, debo organizar unas cuantas cosas antes de irme, pero es un tanto complicado, estoy desconcentrada, o más bien, muy concentrada en otra cosa. Nayeon, diablos, esa mujer causa estragos en mi ser, su forma de besar, esa pasional inocencia que me vuelve loca. Quiero poseerla, quiero hacerla mía, pero las cosas van demasiado rápido, y no estoy lista para abrirme por completo a todo eso, mucho menos cuando sé que no soy alguien "normal" en cuanto a sexo y relaciones se trata.

- Minari.

Una dulce voz me trae a la realidad nuevamente, es ella, la dueña de mis pensamientos y oscuras fantasías.

- Nayeonnie.

- Toma, lo que pediste está listo- me pasa una carpeta, me tomo el tiempo para leer y asiento satisfecha, todo está en orden.

- Gracias señorita Im.

Sonrío, ella lo hace bajando la mirada y pasando su cabello por detrás de la oreja, es tan linda.

Dejo los documentos en la mesa y me acercó a ella, la jalo suavemente hacia mi cuerpo, sorprendida se abraza a mí. Suelto una risa por lo bajo, tengo la cintura apoyada en el escritorio.

- Eres hermosa - le digo. - Realmente hermosa.

Sonríe, sus ojos chocolate conectan con los míos, con detenimiento analizo su rostro, descubriendo un adorable lunar en su ceja derecha.

- Me encantó la forma en la que me besaste hace un rato- susurra. - Me fascinas Myoui Mina.

Me toma desprevenida, sin embargo reacciono, Dios, si supiera todo lo que me causa con una sola sonrisa suya.

- Eres única - le digo, y dejo un beso en sus labios.

Ella me retiene allí un poco más de tiempo, me besa con extrema dulzura, es tan embriagador, la forma en la que sus labios se unen con los míos y me roban todo el aliento, todo el conocimiento y mi noción del tiempo.
Se aparta, sostengo su labio inferior entre mis dientes antes de liberarlo, Nayeon sonríe.

- ¿Le gusta besarme señorita Myoui? - pregunta juguetona.

- Sí, me gusta sentir tus labios contra los míos.

Mis nudillos acarician su mejilla, ella se inclina y cede a mí suave tacto.

- Creo que nunca podría tener suficiente de ellos.

Me rodea el cuello con ambos brazos, la belleza de sus ojos cafés me tiene atrapada.

- Vas a matarme de un ataque cardíaco si sigues con tu dulce palabrerío repentino.

- ¿Mi dulce palabrerío repentino?, vaya señorita Im, creo que me siento ofendida.

Trato de sonar como si lo estuviera, pero es difícil, no puedo quitarme la sonrisa de los labios.

- Lo siento, nadie me había hablado como tú lo haces, pero creo que podría acostumbrarme- confiesa.

La abrazo contra mi cuerpo, es raro sentir ese calor, ese cosquilleo que me recorre al tener a otra persona junto a mí. Nadie me ha tocado, nadie me ha abrazado, nadie ha tomado mi mano de esa manera. Pero diablos, se siente realmente bien.

- Tengo que contarte algo importante Mina.

Tomo su mano, la llevo hacia la mesa de centro, nos ubicamos como la vez en qué nos conocimos.