Capítulo 33

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Kunpimook

Yugyeom y yo estamos en un descanso en un lugar apartado del set, apenas tuve tiempo para contarle todo lo que ocurrió en esa cita.

—¡Esto es tan injusto! — le digo, estoy enojado, más que eso.

— Amigo no es por ser amargado, pero llevas toda la jodida noche de ayer y hoy quejándote, no pude dormir, ¡mis ojeras parecen bolsas de supermercado!

Ruedo los ojos, a veces Yugyeom puede ser tan dramático y egoísta al no querer escucharme, mientras que yo, que tan buen amigo soy, paso horas consolándolo cuando sus novias lo dejan por ser tan imbécil y virgen, ¡La última vez incluso le preparé un té con pastelillos!

— Luego los maquilladores lo cubren, ¿acaso no ves mi dolor? Esto es mucho más importante, ¿Qué hice mal?

Quiere abrir la boca para contestar, pero antes lo hago yo.

— ¡Exacto! no hay nada malo conmigo ¡soy perfecto!

— Bambam — él me mira —. Mina no es la única mujer del mundo, es hermosa y muchas cosas más, pero no es para ti ¿entiendes?¿por qué no le das una oportunidad a otra chica?

— ¿Otra? — digo con ironía —. ¿Es que acaso no escuchas lo que dices? Claro que no le daré oportunidad a alguna otra, yo nunca me rindo y sé, perfectamente, que Myoui Mina es para mí, tal vez ella ahora no lo vea, pero en algún momento me necesitará, me rogará por un solo minuto a mi lado.

— Eres un demente, realmente estás loco.

Yugyeom se voltea para irse, genial, nadie quiere escucharme, pero sé que tengo razón, estoy más que seguro.

— Tal vez ayer te escapaste, bonita, pero pronto vendrás a mis brazos.

[• • •]

El muchacho peligris se despereza, aparta las sábanas de su cuerpo y se sienta sobre el sofá, acariciando su cuello y estirando la espalda, está cansado, bastante, no pasó una buena noche. Mina fue a su departamento ayer por la tarde, le contó lo que había pasado luego de que Nayeon la viera junto a Bambam, aquello afectó a la menor, ya que se angustió tanto que lloró un poco hasta quedarse dormida.

Park se sintió culpable de dejarla en el sofá, así que la cargó hasta su habitación y la arropó en su cama, mientras que él pasó la noche en el sofá, cómodo, pero no lo suficiente. Las primeras horas intentando dormir fueron un fracaso, hasta que llegaron las tres y cayó rendido.

Va hasta el baño para arreglar un poco su imagen, cepillarse los dientes, lavarse el rostro y peinarse, luego pasa por su cuarto, notando que a pesar de la hora Mina sigue durmiendo cómodamente en posición fetal, aferrada a la almohada enorme del coreano. El corazón se le ablanda y le da pena tener que despertarla, pero de igual manera intenta hacerlo.

Camina hasta la cama y se sienta tras ella, sacudiendo levemente uno de sus brazos.

— Minari, tenemos que irnos, levántate.

— Mgh... Nayeon, déjame — murmura molesta.

— Mina.

— Nooo— arrastra las palabras, es como una niña que no quiere levantarse para ir a la escuela.

— ¡Myoui Mina, pon ese lindo trasero fuera de mi cama ahora!

Ordena un poco más fuerte el chico, logrando que la japonesa de gire y abra los ojos con lentitud para encontrarse con él.

— ¡Chanyeol! — chilla asustada y accidentalmente se golpea contra la cabecera de la cama.

— Joder — se queja, el pelinegro se ríe.

❝𝑭𝑰𝑭𝑻𝒀 𝑺𝑯𝑨𝑫𝑬𝑺 𝑶𝑭 𝑴𝒀𝑶𝑼𝑰❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora