Capítulo 12

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Mina

De regreso a mi oficina, pienso en todo lo que ha ocurrido, y sinceramente creo que me he vuelto loca. ¿Una relación con alguien que trabaja para mí?, cielos, esto si que se salió de control.

Nunca fui una mujer que deseara tener algo serio con alguien, suelo tener citas con chicas que me tomo tiempo para elegir. Con ellas comparto cenas, algunas salidas, y ocasionalmente besos.
A veces llegamos a otro punto, pero lo tienen claro, o al menos es lo que aceptan cuando se los digo, todo dura solo una noche, al salir el sol no somos más que dos personas que han pasado un rato agradable.

Pero esto no ha surgido porque si, disfruto el placer carnal sin ataduras, sin embargo no fue mi primera opción cuando tuve que decidir sobre mi vida amorosa.

Solo una vez me había enamorado profundamente, pero ella terminó destruyendo mi vida, me hizo sumisa, me humilló y me utilizó cuanto quiso. Desde ese momento no desee encariñarme con alguien, pero ahora que Nayeon está aquí es difícil.

Ella es como un ave en una jaula, está atrapada dentro de mí, pero los barrotes que la contienen están hechos del cristal más fino que existe. Si ella los golpea, irán rompiéndose y clavándose hasta dejarme vacía.
Dejará de ser luz para convertirse en una sombra.

Pero desde que vi su sonrisa supe que estoy dispuesta a dejar mi pasado, a intentar alejarlo.

Las puertas del elevador se abren, Somi y Lisa me reciben, voy directo a mi oficina. Allí está Chanyeol.

— ¿Cómo le fue?— pregunta parándose de golpe de su asiento.

— Yeol.

Cierro la puerta y me apoyo en ella, siento una sonrisa formarse en mis labios.

— ¿Está bien señorita Myoui?.

Se nota precupado, y rápidamente se acerca a mí. Solo asiento y le devuelvo la mirada, notando como sus facciones se relajan.

— Mejor que nunca, Nayeon aceptó y ahora es mi novia.

Se lleva las manos a la boca y apacigua un grito de felicidad, sus ojos brillan conmocionados.

— ¡Felicidades!.

Me dice, y no tengo oportunidad para responder cuando me coge en brazos y me levanta del suelo. Suelto un pequeño jadeo por el susto, mi cuerpo se tensa entre sus fuertes brazos.

— Chanyeol, bájame por favor.

Le pido.

— Lo siento, estoy muy feliz por ustedes.

Me baja suavemente, cuando mis pies tocan el suelo y él se aparta siento un gran alivio. Vaya que no me gusta el contacto físico sin mi permiso.

— Muchas gracias.

— No es nada, hacen una buena pareja.

— ¿Lo crees? — muerdo el interior de mi mejilla.

— Claro, ¿cuándo le he mentido?.

Se cruza de brazos y me mira de manera juguetona, pero claro, él jamás me ha dicho falacia alguna, es la persona más sincera que he tenido a mi lado. Incluso, más sincera que yo misma.

— Buen punto, aunque también es bueno saber que ella está feliz, pero debemos ser muy cuidadosas si queremos que esto funcione.

— Sí, ya lo sabes Mina, un paso en falso y todo lo que ve a su alrededor podría derrumbarse en un segundo.

Chanyeol no es ningún tonto, sabe mejor que nadie los riesgos de estar en este puesto, de ser la cabeza de una generación intocable de empresarios con una imagen pulcra. Pero también conoce mis debilidades, porque como él soy una persona, alguna clase de persona.

❝𝑭𝑰𝑭𝑻𝒀 𝑺𝑯𝑨𝑫𝑬𝑺 𝑶𝑭 𝑴𝒀𝑶𝑼𝑰❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora