❝𝑭𝑰𝑭𝑻𝒀 𝑺𝑯𝑨𝑫𝑬𝑺 𝑶𝑭 𝑴𝒀𝑶𝑼𝑰❞

Capítulo 26

Nayeon

Chanyeol y Mina me ayudaron a llegar al auto, luego de que él se fuera, fue mi novia quien condujo hacia mi departamento usando mis indicaciones como referencia. Llegamos, estacionó y con mucha paciencia me facilitó la tarea de bajar y cruzar el vestíbulo. 

—  Minari, no soy de cristal — le digo entre una pequeña risa, sus manos en este momento sostienen mi cintura con mucha suavidad, diría que casi con miedo. 

— Lo sé, pero me gusta tratarte como si lo fueras.

— Eres un amor, Myoui — beso su mejilla, ella sonríe de esa manera tan bella.

— Tu amor — corrige, el brillito en sus ojos se muestra centelleante.

— Bueno, mi amor , ¿podrías dejarme abrir la puerta?

— Oh claro, lo siento. 

Se aparta un momento, aprovecho para sacar las llaves de mi maletín y meterlas en la cerradura. Dos vueltas y la puerta se abre. Me toma otra vez de la cintura, ingresamos y con mi pie sano cierro la puerta para después ponerle el cerrojo. 

— ¡Wow!, es muy bonito— su graciosa exclamación me hace sonreír.

— ¿Te gusta?, una amiga de la otra oficina me ayudo con la decoración, creo que hicimos buen trabajo. 

— Lo hicieron, tienen muy buen gusto.

Su halago me hace brincar por dentro como si fuese una niña pequeña, que la sofisticada y moderna Señorita Myoui me diga esto es demasiado reconfortante. Y pensar que el primer día habrá pensado que era un suplicio para la moda con esa camisa floreada. 

Me siento en el sofá, ella pide permiso para explorar el lugar, su actitud me recuerda a la mía la primera vez que fui a su departamento.  

— Tal vez no sea tan lujoso como el tuyo ni tan ordenado pero... 

— Pero es el lugar donde tú vives y el que me permitas conocer este pequeño pedacito de tu vida ya lo hace especial — siento mis mejillas abultarse, otra vez estoy sonriendo. 

— Además,  es una creación tuya y eso me encanta, sabes que realmente admiro a las personas con grandes mentes creativas. 

Se acerca, toma asiento a mi lado, con su mano derecha acomoda los cabellos que caen sobre mi cara.

— Eres simplemente perfecta — dice.

Sonrío, sus ojos se vuelven claros y puedo verme reflejada en ellos, es una sensación tan única.

— ¿Te he dicho alguna vez cuán preciosa eres?, tus lunares siempre me han encantado y tus finos labios.

Mina sonríe.

— Creo que me lo has dicho mucho, pero para mí no hay persona más hermosa que una chica que trabaja en mi empresa — confiesa juguetona.

— ¿Quién es? — finjo molestia y abulto los labios, su sonrisa solo se agranda.

— Una mujer muy dulce y sexy, es contadora, una de las mejores.

Chasquea la lengua, sus pupilas se mueven impacientes a escuchar mi respuesta dramatizada para después besarme.

— Si quieres besarme, ¿por qué no lo haces de una vez Sharon?

— Porque quiero jugar contigo, si lo hago me costará mucho detenerme, no sabes cuán irresistible te pones con esa carita de cachorro.

Su palma acaricia un lado de mi rostro, sus palabras solo me transmiten una dulzura que logra calmarme, los latidos se hacen lentos y fuertes en mi pecho.