Capítulo 56

227 26 5
                                    

Mina

Viernes. Tan solo han pasado unos días desde la reunión con mi padre y futuro prometido. Estoy cansada, casi no he podido dormir y el escaso contacto con mi mejor amigo está comenzando a afectarme en la oficina, es por eso que estoy preocupada. La tarea de fingir algo que no sientes es dura, ¿irónico, verdad? Debería estar acostumbrada, puesto que es lo que he hecho más de la mitad de mi vida.

Los ojos me pesan, pero al final del día, solo somos yo y la oscuridad de mi habitación. Nayeon me ha llamado cada noche en los últimos días, un pequeño alivio, aunque no quiera aceptarlo, porque solo yo sé lo que su voz me provoca, lo mucho que calma a mi machacado corazón. He estado evadiendo citas, encuentros dentro y fuera de la oficina, anteponiendo excusas cada vez más deplorables. Excusas que ella ya no parece creer, pero decide darme mi espacio.

Estoy en la cocina bebiendo una taza de té para calmar los nervios, mi mente es una bruma de pensamientos y necesito respirar y pensar claro. Mi mano temblorosa se acerca a la taza, pero entonces el timbre del departamento suena.
Con un poco de duda voy hacia la puerta, rogando a cualquier ser existente que no se trate de ninguno de los dos hombres que han estado siguiéndome.

Quito el seguro y al abrir mi cuerpo se queda de piedra. Nayeon está aquí, sus bellos ojos me miran con duda y su expresión apacible me pone algo intranquila.

- Hola.

- Nayeon ¿Qué ocurre?

Mi voz sale un poco más tajante de lo que quisiera, pero ella parece ignorarlo y solo me hace una pregunta.

- ¿Puedo pasar?

Lo dudo un segundo pero termino cediendo. Pronto ella está dejando sus zapatos junto a la puerta y ajustando la correa de su pequeño bolso sobre su hombro. Sus pasos son cortos y dudosos hasta que llega al sofá y se sienta.

- Yo... Estaba bebiendo té¿Quieres uno?

Su ceja se alza con ese gesto altivo que pocas veces muestra, y aunque la mayoría del tiempo le diga que se siente como si me desafiara, la realidad es que es jodidamente encantador.

- ¿Tú bebiendo té? Ya dime qué anda mal, Myoui.

Su pequeña broma me hace tragar saliva duramente, por un segundo pareciera que está buscando sacarme todo a tirones.

- Me encantaría un poco de té, Mina. Gracias.

Voy hasta la cocina y le sirvo una taza. Ella aparece a los pocos segundos y se sienta en la barra frente a mí. Lleva un suéter blanco y vaqueros que se ajustan a su cintura de manera exquisita. Ella es preciosa. Tanto, que creo que me pierdo mirándola y vierto torpemente un poco de agua caliente sobre mi mano.

Suelto una maldición por lo bajo y voy hasta el grifo para soltar un poco de agua fría sobre mi piel enrojecida. Ella me mira preocupada, pero le digo que todo está bien, solo ha sido un descuido.

- Perdona, estoy muy cansada.

- Está bien, ¿no has dormido?

- No mucho - confieso - Hay cosas que no me dejan descansar.

- ¿Quisieras hablar de ello?

- Yo no hablo de ello, Nayeon - corto -. No me gustan las pláticas emocionales. Lo siento.

- Ya veo, estás cansada realmente. Considero que debería beber mi té y marcharme.

- ¿Por qué estás aquí?

-¿Disculpa?

- Que por qué estás aquí.

- Solo quería verte, me tienes algo preocupada. Hace días que te la pasas encerrada en el despacho y Chanyeol ha estado evitandome. En realidad, casi todos.

❝𝑭𝑰𝑭𝑻𝒀 𝑺𝑯𝑨𝑫𝑬𝑺 𝑶𝑭 𝑴𝒀𝑶𝑼𝑰❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora