Martes, siete quince de la mañana. La joven magnate cruza el vestíbulo, solo se oyen las pisadas de sus abotinados negros modelo Oxford y los apurados pasos de Jeon Somi quien trae una agenda en la mano derecha y un café en su mano izquierda.
Sharon abre la puerta de su oficina y entra, notando de inmediato que su asistente no está allí como debería.
— ¿Dónde está Chanyeol?
— Señorita, llamó avisando que tuvo un inconveniente, no llegará hasta más tarde.
— ¿Y cuánto tiempo incluye ese "más tarde"?
— Yo, la verdad no lo sé.
Se disculpóa apenada la linda castaña de ojos avellana, a lo que Sharon tuerce los labios no conforme con la respuesta.
— ¿Tienes mi café?
La chica le extiende un vaso de Starbucks, cafetería favorita de la empresaria. Mina le da un sorbo frente a ella, mirando a sus ojos con intensidad.
Se aparta el vaso de los labios, y sin expresión pregunta:— ¿Americano?
— Eh sí.
Suelta un suspiro.
— Lo siento, Mina, solo recordé la vez en qué..
— Sí, sí, puedes retirarte Somi, está todo en orden.
— Gracias.
Avergonzada vuelve sobre sus pasos, es obvio que la nipona no quería recordar aquellas veces en que se había acostado con ella. Eso ya ha quedado en el pasado, y Myoui no es de recordar hechos del mismo.
Sharon, frustrada por el sabor diferente del café, lo deja a un lado y le marca a su amigo con la esperanza de que le responda.
Se rinde al cuarto intento y decide dejar un mensaje.
— Yeol, soy Mina, por favor, háblame cuando puedas.
Pero en ese momento un agitado pelinegro cruza el umbral de la oficina.
— Buenos días, disculpe la tardanza, no volverá a ocurrir.
— Eso espero, sabes que la impuntualidad no me agrada.
El muchacho respira profundamente, se acerca hasta su jefa y toma una hoja y un bolígrafo para anotar lo que ella le indica.
— De acuerdo, ayer en el departamento de diseño te entregaron los gráficos de la nueva colección de relojes, necesito que me los presentes.
El coreano apunta con velocidad.
— También quiero saber la respuesta del coleccionista y, me dijeron que piensan hacer una venta algo grande con un hombre tailandés que reside en Busan.
La castaña levanta la mirada, notando que su asistente se ha detenido y mira atento el reloj en su muñeca. Con el ceño arrugado, acerca su mano derecha y chasquea los dedos para llamar su atención.
— Yeol.
— Disculpe, ahora mismo le traigo su café.
Decidido a irse, camina en dirección a la puerta, pero la fuerte voz de su jefa resonando en el despacho le hace detenerse.
Se pone de pie y se para frente al más alto, posando sus manos en sus brazos.
— No estás prestándome atención, nunca te pedí un café.
Park desvia la mirada con nerviosismo, evitando a toda costa toparse con esos ojos prófugos.
— ¿Qué sucede?, tú no eres así. Primero el retraso de casi veinte minutos, luego te veo alterado y nervioso, y ahora no me prestas atención.

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❝𝑭𝑰𝑭𝑻𝒀 𝑺𝑯𝑨𝑫𝑬𝑺 𝑶𝑭 𝑴𝒀𝑶𝑼𝑰❞
Fanfiction𝐌𝐈𝐍𝐀𝐘𝐄𝐎𝐍┆━ Im Nayeon, una joven coreana de veintidós años recién graduada de la carrera de contaduría recibe un cargo de suma importancia; trabajar unos días en una de las empresas más importantes de Seúl, perteneciente a la empresaria japon...