Capítulo 4

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Nayeon

Durante el camino de regreso siento un par de ojos clavados en mí, trato de ignorarlo, tal vez es solo la sensación que me han dejado los orbes de Myoui. Definitivamente, sería muy difícil quitar esa mirada de mi cabeza.

Pero incluso cuando llego a la empresa y me dirijo al estacionamiento, puesto que hoy mi turno acaba más temprano, esa sensación no se va, y ya comienzo a sentir mi piel erizarse. Cuando oigo pasos, me giro, y la veo.

Está de brazos cruzados, sus ojos no muestran más que furia y resentimiento. No dice nada, pero sé que está conteniendo las ganas de gritarme en el rostro.

— ¿Qué quieres?

—Tranquila preciosa.

Me dice, su tono es tan cínico que me provoca náuseas.

— ¿Por qué me hiciste esto?

Pregunta, pero no sé a qué se refiere, hay tantas cosas a las que ella se aferra, es difícil saber cuál es el tema central de una discusión.

— No sé de qué hablas.

— Claro que lo sabes, y no me iré hasta que me des una respuesta.

Avanza, me toma con fuerza del brazo e intento soltarme, pero ella por desgracia es más fuerte. Me retiene contra su cuerpo y acerca su rostro al mío, hablando sin despegar sus ojos de los míos. Se ven ardientes.

— ¡Suéltame!

Le ordeno, pero su agarre aumenta y con una media sonrisa me responde.

— ¡Cállate y escucha!— grita. —Antes de que llegaras yo estaba en tu puesto y el jefe me admiraba, pero luego llegaste y me quitaste mi lugar.

La presión que ejercen sus manos sobre mis brazos y cintura incrementa.

— Cada día me esfuerzo para que el idiota de Chou me tome en cuenta y pueda transferirme a otra empresa, ese siempre ha sido mi sueño, trabajar con Myoui Sharon Mina. Tú lo conseguiste solo con sexo, admite que te acuestas con el jefe y lo dejas exhausto a cambio de que te dé todo eso.

De repente me empuja, haciéndome caer al suelo, voy a levantarme y responderle, pero en ese instante se hace presente alguien más.

— Ella no tiene que admitir nada, es solo mi empleada, al igual que tú, con
la diferencia que esa joven a la que amenazas salvó la empresa de ir a la quiebra. No sé si recuerdas Jennie, por tus malas acciones casi perdemos todo.

— Señor, no es lo que usted cree.

Intenta excusarse, cosa que es en vano, ya que él lo ha visto y oído todo.

— Vaya que es lo que creo, escuché muy bien cada palabra que salió de su sucia boca Kim Jennie, y déjame decirle que no me agradaron en absoluto.

Su semblante es espeluznante, su habitual voz áspera y profunda se oye aún peor en esta situación. Está enojado, tanto como no lo había estado hace mucho tiempo.

— Usted sabe bien lo que le ocurre a personas así.

Se acerca a nosotras, y se pone en medio de ambas, me da la espalda y retrocedo unos pasos, puesto que ya me he puesto de pie.

— No, no por favor, puedo intentarlo otra vez, yo se lo prometo.

El señor Chou niega con la cabeza.

— Ya te he dado una oportunidad, te he perdonado algo que nadie perdonaría, pero no permitiré que me difames a mí o alguien más. Estás despedida desde ahora.

❝𝑭𝑰𝑭𝑻𝒀 𝑺𝑯𝑨𝑫𝑬𝑺 𝑶𝑭 𝑴𝒀𝑶𝑼𝑰❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora