Sesshomaru estaba ahorcando a Sheilong en el piso de la cocina mientras le gritaba y este solo podía tratar de defenderse tratando de ahorcarlo también pero no podía sus fuerzas se iban poco a poco por los golpes y los empujones que Sesshomaru le dio.
- ¡Ahora crees que me tragare el cuento que no sabías nada! ¡Con la mierda que me estabas ocultando! ¡Se supone que eres el que tiene el papel de un maldito Yakuza! ¡Cómo pudieron pasar por encima de ti unas estúpidas mujeres y dejar con vida a ese infeliz!
No me importaba si él me mataba o si llamaba a Kagome estúpida, pero a Rin . . . eso no lo iba a permitir, estaba en desventaja porque no tenía mi arma a la mano y justo hoy no tenía una de mis agujas con veneno.
Quito mis manos del cuello de Sesshomaru y alcanzo agarrar un plato para estrellarlo en su cabeza, el me suelta para tocar su nuca que estaba sangrando.
Sigue encima de mí y aprovecho eso para liberar una de mis piernas y patearle la quijada, no tendré mucha fuerza en los brazos como el, pero con una patada mía lo quito de mi encima.
- ¡Te estoy diciendo que no sabía nada! ¡Solo busque la mejor opción para ti! Te estoy hablando como tu amigo o . . . ¡¿Quieres que haga el papel de Yakuza imbécil?!
Sesshomaru se para aun con algunas gotas de sangre cayendo por su frente y se viene contra mí de nuevo, aprovecho eso para hacer una patada en el aire y golpear sus costillas como lo hizo con Inuyasha.
Cae al piso quejándose . . . me sorprendo porque casi nunca lo puedo oír haciendo eso . . . sé que mis patadas te pueden romper con un solo golpe las costillas, pero no creo que este sea el caso, me acerco un poco para ver si está bien pero el muy idiota mientras que está en el suelo toma una de mis piernas y la jala mientras se para, pierdo el equilibrio y caigo al suelo.
Ahora yo también tengo un golpe en la cabeza y se me nubla por unos segundos mi visión, segundos que el aprovecho para tomarme del cabello y arrastrarme hasta el comedor para golpear mi cabeza con la mesa una y otra vez.
- ¡A pesar de los años y las miles de lecciones no se te ha podido grabar bien en tu maldita cabeza que jamás, JAMAS le puedes tener piedad a tu contrincante! ¡Olvidaste lo que decía mi padre! ¡Yo te las hago recordar! ¡Si vas a golpear hazlo hasta matarlo! ¡Si vas a acuchillar hazlo hasta matarlo! ¡Si vas a envenenar hazlo hasta matarlo! ¡Y si vas a disparar hazlo hasta que le quede un maldito hueco en la cabeza!
Con cada palabra que decía Sesshomaru golpeaba mi cabeza contra la estúpida mesa ya no podía ver nada y todo esto ya me estaba hartando, suelo ser alguien paciente, pero con el jamás puedo ser así.
Golpeo con la palma de mi mano la mesa para indicarle que ya pare, pero al parecer no funciona.
- Tu . . . me obligaste – fue lo único que alcance a decir para luego agarrar la mano que me estaba golpeando y con las fuerzas que me quedaban doblarle la muñeca, él se zafa de mi agarre y yo me giro para sentarme en la mesa rápido y tomar su rostro para darle un cabezazo, como veo que aún sigue en pie le doy una patada en el abdomen juntando mis piernas.
Sesshomaru retrocede y se golpea contra la pared, ambos estamos sangrando en la cabeza, conozco su estilo de pelea y suele atacar de forma directa con sus puños, no podía confiarme, no cuando me seguía mirando como si fuera un verdadero rival.
- Nunca . . . olvide lo que me dijo tu padre, pero me considero una persona razonable que ve más allá de los actos de una persona y fue por esa razón que el señor Toga me eligió como su sucesor para ser el siguiente Yakuza, tenía miedo de que si tomaras el cargo termines causando una matanza . . . ¿eres más fuerte que yo? Sí, pero tu mente es débil, te dejas llevar por las emociones y no piensas en lo que haces, golpeas a lo loco y matas por matar para conseguir lo que quieres ¡ahora solo me vez como alguien que te fallo! Pero ¡carajo Sesshomaru! ¡soy tu amigo! ¡Tú me aceptaste como soy y jamás me juzgaste por eso, pero me vas a juzgar ahora! ¡Yo tampoco sabía nada! ¡Acaso mis palabras no tienen valor para ti! ¡Mira alrededor, mira lo que estás haciendo, no me duele si me golpeas incluso no me dolería si me matas, pero si me duele que no confíes en mi palabra! ¡Me prometiste que confiaríamos el uno al otro! ¡Que siempre me ibas a creer! ¡Pero mira todo lo que estás haciendo! ¡Mira la maldita casa! –
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OBSESIÓN #5
De TodoRin Takahashi, una hermosa mujer independiente y acostumbrada a su libertad de un día a otro, su vida da un giro de 360 grados cuando por hacerle un favor a su amiga termina saliendo con un hombre que le dará muchos problemas y partirá su vida en do...