T2: CAP 54

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Sesshomaru llevó a Rin a su casa después de ese largo y tenso momento. Al llegar, la despidió con un dulce beso en la frente y una promesa:

- Regresaré en un momento, querida. Quédate aquí y descansa - mirando a los canes fijamente - Ah-Un ya saben que hacer 

Ambas mascotas pasaron a estar tranquilos a estar alertas, saliendo a pasear por los alrededores de la mansión. 

Rin viendo todo esto lo tomo como si les hubiera ordenado a que salieran a dar un simple paseo a si que lo ignoro para luego mirar a Sesshomaru y asentir, completamente segura y confiada en las palabras de Sesshomaru. Cerró la puerta detrás de ella mientras él se alejaba subiendo de nuevo a su auto comenzando a manejar velozmente. 

Con una determinación fría, Sesshomaru se dirigió a la casa de su padre. Al llegar, no se detuvo a saludar ni a intercambiar palabras innecesarias. Se dirigió directamente a su antigua habitación, cerrando la puerta con un golpe seco. La rabia contenida durante el día explotó en un frenesí destructivo. Rompió muebles, destrozó libros y desgarró cortinas, su furia implacable se desató sobre todo lo que encontraba a su paso.

En su mente resonaba una voz que le hacia recortar lo que Kagome avía echo momentos antes. 

- ¡Por la ineptitud de Kagome estuvimos a punto de arruinar nuestros planes! - gritó, lanzando un jarrón contra la pared - ¡Pero qué carajos, ya se arruinaron!

- Entonces . . . ya no habrá boda?

No había nadie mas en la habitación solo estaba el pero igual podía escuchar una voz que le cuestionaba lo que iba hacer después. Su respiración era pesada y sus ojos, llenos de una furia fría, escudriñaban la habitación destrozada. En medio del caos, una sonrisa siniestra se dibujó en su rostro.

- Yo nunca dije que no habrá boda 

Sobaba su cabeza con sus manos mientras que se ensanchaba esa sonrisa siniestra. 

- La muy maldita me hizo un favor enorme - murmuró para sí mismo - Ahora Rin no tiene a nadie. Me encargué de deshacerme de todos.

Se paseó por la habitación, sus pensamientos volviendo a las manipulaciones que había orquestado cuidadosamente. Primero, amenazó a Kohaku, mandando a Yaken a buscarlo y traerlo ante el porque el idiota había intentado acercarse demasiado a Rin.

- No te acerques a ella de nuevo, o te matare - le había dicho con voz baja y amenazante mientras le pisaba el pecho con su pie. 

Kohaku estaba tan golpeado que no podía articular palabra alguna solo pudo asentir a su petición lentamente, desde ese día se había mantenido alejado. Sesshomaru luego se centró en aislar a Rin de sus amigos y familiares. Cada vez que ella mencionaba querer pasar tiempo con ellos, Sesshomaru encontraba la manera de desalentarla.

- No necesitas a nadie más, Rin. Yo soy suficiente para ti - le decía con palabras dulces, atrayéndola nuevamente a su lado, mientras la besaba para que olvide todo lo que pasaba a su alrededor

En poco tiempo, Rin se había acostumbrado tanto a su presencia que apenas se daba cuenta del aislamiento en el que se encontraba. Sesshomaru se aseguraba de ser su única compañía constante, su única fuente de apoyo.

Y ahora, gracias a Kagome, había logrado deshacerse de ella también. La tonta había ayudado sin querer a consolidar su control sobre Rin. Con cada palabra manipuladora y cada gesto calculado, Sesshomaru se había asegurado de que Rin solo tuviera ojos para él.

- Perfecto - murmuró Sesshomaru, su sonrisa siniestra ensanchándose -  Ahora, ella es completamente mía.

Salió de la habitación destrozada con una renovada sensación de poder y control. Sabía que su plan aún tenía obstáculos por delante, pero con Rin completamente dependiente de él, estaba seguro de que nada ni nadie podría interponerse en su camino.

OBSESIÓN #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora