T2: CAP 59

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—Jamás, pero JAMÁS en mi vida me habían insultado tanto en menos de 24 horas. Qué increíble y hasta cierto punto cómico.

Sesshomaru frunció el ceño, sorprendido. Él nunca había imaginado que esos insultos saldrían de la boca de Rin. En su mente, ella estaba molesta por la atención, por el escrutinio público, pero nunca por el contenido de las críticas y ahora ya le quedo muy claro.

—Amor, ¿Qué te pasa? —preguntó, su voz llena de preocupación—. No te preocupes por lo que digan. Son solo comentarios sin fundamento de mujeres frustradas y envidiosas, dudo que crean lo que ellas digan.

—Claro que sí, Sesshomaru —respondió Rin, con voz ácida—. Todos creen que soy una caza fortunas, que te estoy usando por tu dinero. Esas historias están por todas partes.

—Rin, ¿Me amas? — Pregunto con un tono de desesperación

—Siempre— responde dejando su teléfono a un lado

—Eso es lo único que me interesa y a ti también, solo ignora a esas arpías. Termina de desayunar y ponte más hermosa de lo que eres porque saldremos a callar algunas bocas.

—Con todo esto no tengo hambre —Remueve su desayuno con el tenedor algo cansada

—Te dije que comas — Su mirada era fría y entendió que esa era una orden, no una petición así que comenzó a comer sin pronunciar palabras.

Intento como pudo fingir que no escucho nada pero le quemaba la curiosidad averiguar si Sesshomaru era capas de decirle la verdad. . . ¿Debía hacerlo? Ella sabe que el fue quien hizo todo este escándalo pero ¿Se atrevería a decirle a ella que era el culpable?. Sin embargo, podrían cambiar las cosas para bien o para mal. No quería que la odiara o pelear con él, incluso peor ya no mantendrían esa conexión que tanto amaba y deseaba.

Con un nudo en la garganta, prefiriendo callar y no reclamarle o preguntar por todo lo que hizo. Ya tendría otro momento para hacerlo. No debía echar más leña al fuego y, si callar eso la dejaba seguir a su lado tranquilamente, lo haría.

Al llegar a la empresa, apenas pusieron un pie afuera del auto, fueron rodeados por una multitud de guardias para evitar que los periodistas se fueran en su encima mientras hacían miles de preguntas a Rin y a Sesshomaru, pero él solo la tomó de la cintura y le susurró que no bajara la cabeza, que ella no había hecho nada malo.

Ella vestía un vestido largo de color blanco que resaltaba su hermosa figura, y unos tacones negros muy elegantes. Llevaba gafas negras, que se quitó para mostrar una sonrisa a las cámaras que los rodeaban. Al verla, los fotógrafos comenzaron a tomarle fotos y a pedirle que mirara hacia ellos, maravillados con la dulzura y seguridad que transmitía.

De repente, una mujer con capucha se abalanzó contra la seguridad, lanzando pintura roja que logró manchar el hermoso vestido blanco de Rin y el costoso saco de Sesshomaru. Rin fijó su mirada sorprendida en la dirección de donde venía el ataque y pudo reconocer la cara de Kagura entre toda la multitud. Una cosa era tratar de humillarla en privado insultándola, pero otra muy distinta era hacerlo en presencia de los medios.

Sesshomaru notó su enojo y, con señas, indicó a algunos de los guardias que atraparan a la mujer y se deshicieran de ella. Rin, con todo y vestido manchado de pintura roja, siguió caminando con la frente en alto mientras Sesshomaru la seguía detrás, asustando a todos los periodistas con su mirada amenazante.

Al entrar en la sala de conferencias se les dio micrófonos y ambos se pararon en el centro del escenario encontrándose con una multitud de reporteros. Aunque la pintura roja seguía manchando su ropa, Rin se mantuvo firme y serena. Sesshomaru fue quien hablo primero.

OBSESIÓN #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora