T2: CAP 95

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Sheilong, cansado de las muestras de afecto y los comentarios cariñosos, se soltó del abrazo de Yoichi y decidió cambiar de tema. Caminó hacia el centro del escenario, donde Sesshomaru aún estaba recibiendo felicitaciones, decidido a unirse a la celebración y olvidar las "tonterías" de Yoichi por un rato.

—¡Sesshomaru! —exclamó, con una sonrisa traviesa—. ¡Felicidades, amigo! ¡Pero cuidado! Ser padre significa menos tiempo para pelear y más tiempo para cambiar pañales.

—¡Gracias, Sheilong! Supongo que tendré que aprender rápido.

—Bueno, entonces ya me invitarás al bautizo —bromeó, dándole una palmada en la espalda—. Y no acepto un no por respuesta.

—Por supuesto, no esperaría menos de ti.

Y mientras las risas y las bromas continuaban, Yoichi observaba desde la distancia, sin perder la esperanza de que algún día, quizás, lograría convencer a Sheilong de que nada era imposible, ni siquiera la idea de formar una familia a su manera. . . .ya lo convendría por las buenas o por las malas, lo primero que pase.

Después del emotivo anuncio de Rin y Sesshomaru, los invitados más cercanos continuaron la celebración en la casa de Sheilong. La felicidad era palpable en el ambiente, y todos se encontraban en un estado de euforia. Kagome, aprovechando el momento íntimo, se acercó a su amiga Rin con lágrimas en los ojos.

—Rin, yo también estoy embarazada —dijo Kagome, sin poder contener la emoción.

Ella, sorprendida y emocionada, abrazó a su amiga. Pero la sorpresa no se detuvo ahí. Inuyasha, que estaba a su lado, casi se desmaya al escuchar la noticia. Con los ojos muy abiertos, le pidió a su esposa que le explicara.

—¿Qué? ¿Es cierto mujer? —preguntó, tratando de procesar lo que acababa de escuchar.

Kagome, entre lágrimas de alegría, le aseguró que sí, que llevaba cuatro semanas de embarazo y que planeaba decírselo cuando llegaran a Japón. Inuyasha, al borde de las lágrimas, abrazó a Kagome con fuerza y la besó.

—¡Vamos a ser padres! —gritó el menor, con una mezcla de asombro y felicidad.

Toga, que observaba la escena, sintió un mareo al darse cuenta de que su familia crecería por partida doble. No solo sería abuelo de un bebé, sino de dos. Se apoyó en Izayoi, quien lo miraba con una sonrisa llena de amor y complicidad.

Sheilong, aunque sorprendido por la noticia, no pudo evitar sonreír y felicitar a Inuyasha. Después de todo, ese mocoso había madurado lo suficiente para formar su propia familia, algo que el respetaba profundamente porque lo conocía desde un niño.

—Vaya, Inuyasha —dijo con una sonrisa—. Parece que finalmente has crecido, felicidades.

Inuyasha, con una sonrisa llena de orgullo, le estrechó la mano a Sheilong. La noche continuó con risas, brindis y promesas para el futuro, celebrando no solo la noticia del bebé de Rin y Sesshomaru, sino también el inesperado anuncio de Kagome. La familia y los amigos se unieron aún más, sabiendo que la vida que estaba por venir solo traería más alegrías.

(A la mañana siguiente)

Sesshomaru, mientras preparaba el desayuno y servía café para todos escuchó las palabras de su viejo amigo que se había levantado mucho antes que él y ya estaba terminando de comer pero algo de lo que dijo hizo que se detuviera un momento.

Al escuchar la explicación sobre como habían arreglado sus problemas y como Yoichi quería formar una familia pero este estaba pensando en negarse, acatando que si el rubio quería eso debería salir con una mujer, accidentalmente derramó un poco de café sobre la mesa pero luego limpió el desastre en silencio, pero era evidente que algo estaba en su mente.

OBSESIÓN #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora