T2: CAP 64

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—Cuidado con lo que dices —murmuró Takahiro entre dientes, fingiendo una sonrisa mientras se recuperaba del traspié—. No, amigo, pensaba visitar su tumba. —La mentira salió con fluidez, pero su nerviosismo era evidente.

Izayoi, quien había estado observando la conversación con interés, levantó la mirada hacia Takahiro, sorprendida por la mención de su difunta esposa. La versión que conocía era que ella había muerto en un accidente, no que estaba viva en un hospital psiquiátrico, un secreto que solo Toga conocía.

—Takahiro —comenzó Izayoi con voz suave, cambiando la dirección de la conversación—, ¿alguna vez has considerado vivir con nosotros?

Toga y Takahiro se miraron con sorpresa, ambos igualmente desconcertados por la propuesta de Izayoi. Takahiro soltó una risa nerviosa, sin saber cómo responder.

—¿Vivir con ustedes? —repitió, casi incrédulo—. No sé, Izayoi, me parece que sería bastante incómodo, además de que nunca imaginé que tú me lo propondrías... siempre creí que me detestabas.

Izayoi negó con la cabeza, su expresión más suave de lo habitual.

—No te detesto, Takahiro —corrigió, tomándose un momento para elegir sus palabras con cuidado—. Simplemente, creo que nunca nos dimos el tiempo para conocernos realmente. Las pocas veces que hablamos, lo hicimos en medio de discusiones. Quisiera aprovechar esta oportunidad para conocerte mejor, para conocer mejor al mejor amigo de mi esposo. Además, me parece triste que vivas solo en una casa tan grande. Kagome estará ocupada con su nuevo rol, y estoy segura de que será algo solitario para ti.

Takahiro la miró, analizando sus palabras. Por un instante, sus ojos se cruzaron con los de Toga, quien le hacía señas desesperadas para que no aceptara la oferta. Pero Takahiro, con una sonrisa traviesa, decidió hacer caso omiso de las advertencias de su amigo.

—Está bien, acepto tu oferta —dijo finalmente, riendo en silencio mientras veía la expresión de enojo en el rostro de Toga—. Será interesante ver cómo nos llevamos bajo el mismo techo.

Lo que Takahiro no sabía era que Izayoi tenía sus propios motivos para hacer la oferta. Más allá de la mera cortesía o la preocupación por su bienestar, Izayoi quería a Takahiro cerca para estar informada sobre todo lo que ocurría con sus hijos. Sabía que él, con su vasta red de contactos y su influencia en la mafia, podría ser la clave para conocer los movimientos de Inuyasha, quien ahora sería el compañero de vida de Kagome, y también de Sheilong, su querido hijo adoptivo.

Izayoi estaba dispuesta a soportar la compañía de Takahiro, incluso si eso significaba tolerar sus manías y comentarios sarcásticos, todo para asegurarse de que sus dos hijos estuvieran bien. Para ella, el bienestar de Inuyasha y Sheilong era lo más importante, y haría lo que fuera necesario para protegerlos, incluso si eso significaba tener a Takahiro bajo su mismo techo.

Mientras la conversación entre Toga, Izayoi y Takahiro continuaba, discutieron sobre los detalles de la mudanza de Takahiro y en qué habitación se quedaría. A pesar de la atmósfera relativamente relajada, la tensión subyacente entre ellos nunca desapareció del todo.

Fue entonces cuando Sesshomaru apareció en el comedor junto con Rin, ambos listos para despedirse. Izayoi y Toga se levantaron para despedirse con un cálido abrazo, deseándoles lo mejor y pidiendo que les informaran en cuanto tuvieran una fecha para la boda. Había un aire de formalidad en la despedida, pero también un evidente afecto que hacía que el momento fuera aún más significativo.

Takahiro observaba desde la mesa, sosteniendo su copa de vino, mientras analizaba la interacción. Notó la intensa mirada que Sesshomaru le dirigía a Rin, una mirada penetrante que no dejaba lugar a dudas sobre su posesividad. Mientras Rin hablaba con Toga sobre los planes de la boda, Sesshomaru no apartaba sus ojos de ella, y Takahiro pudo ver claramente lo que sucedía.

OBSESIÓN #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora