¿Qué harías si un día descubres que una vieja leyenda contada de boca en boca está ligada contigo?
Eso es exactamente lo que Alai. está viviendo... Su madre le guardó demasiados secretos y él no había intentado buscar respuestas, hasta que Miranda...
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El beso que Sebastián me había robado me tomo por sorpresa y me tarde un día en aclarar las cosas con el.
Si, fui muy tonta pero es que ¿ como se reacciona cuando uno de tus amigos hace algo así ?
Aunque intenté ser lo mas suave posible al decir que no me interesaba. Sebastián era la personificación de la decepción después de que le dije aquellas palabras.
— ¿es definitivo? — si Sebas no te puedo ver más que como amigo.
— pero... si todo en tu lenguaje corporal y hasta en cómo me tratabas me decían que yo te gustaba— dijo mientras un par de chicas pasaban a nuestro lado y bajaban por las escaleras de la uni, ambas no desaprovecharon la oportunidad para mirarlo y coquetearle. yo sabia que era un tipo muy guapo con ese cabello negro y ojos cafés que hacían juego con su piel bronceada; era un sueño de hombre pero no era el mío
— en verdad lamento que te confundieras pero.
–¡hay alguien más verdad!— interrumpe.
—No, solo es que no estoy interesada en ti de esa manera y tampoco estoy interesada en nadie más. — si es así entonces dame una oportunidad. — No insistas. — me di vuelta para irme
— ¿es Alai cierto? cambiaste cuando el entró en la sala.
— ya deja de imaginar cosas Sebastián él es mi amigo solamente.— luego de decir eso me fui a clases, por la tarde fui al conservatorio y no vi a Alai por un momento pensé que ese día no tendrían clases por la tarde pero al ver que la orquesta con la que ensayaba estaba toda excepto el, empecé a creer que algo pasaba.
Pasaron dos días y el fin de semana entero también y no supe de él, le envié mensajes pero no me contestó. el lunes por la tarde fui de nuevo al conservatorio y ahí si lo vi sentí un alivio instantáneo cuando lo vi de lejos tocando su Chelo pero había algo; se veía distante hasta cierto punto sombrío y hace unos días no estaba así.
— oye donde te metes — dije tomándolo por sorpresa mientras guardaba su chelo en el estuche — hola— sonríe — tuve un pequeño percance — ¿ en serio? No estarás Evitándome ¿o si ? — evitarte yo... no tengo porque. — por lo del beso — dije y al instante me sentí extraña, no tenía sentido la urgencia que tenía de aclararle las cosas. Era mi amigo solo eso pero de igual manera seguía teniéndola.
— eso, ya ni lo recordaba — cierra su estuche — por cierto mis amigos y yo estamos planeando hacer algo el siguiente fin de semana ¿te apetece unirte a nosotros? — claro — dije sonriendo — genial— dijo y noté que sus ojos estaban teñidos de duda, Tal vez el silencio que se había prolongado por varios segundos era lo que me hacía percibir las cosas así— Alai yo... — ya me tengo que ir — dijo — todavía falta un rato para que terminen las clases de la tarde. — si, eso es a lo que me refiero. — dice — debo ir a al segundo edificio. — si — nos reímos y me hice a un lado para que pudiera pasar y salió del salón.
