Alai El hijo de La Magia / #PGP2024

51: CULPABLE 

Importante este capituló contiene escenas y diálogos que hacen referencia al suicidio Éstos comportamientos y pensamientos no son Romantizables .
Éste capítulo puede tener escenas y contenido sensible para   ciertas personas se recomienda discrecion

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51: Culpable 

El viento soplaba con fuerza, Alai estaba al centro de una explanada.

Miraba a todos lados sus manos estaban empuñadas sobresalían tensas de las mangas de  la sudadera gris tan sucia y mal oliente como el entorno.

El cielo azulado anunciando que el sol saldría pronto y de repente la vio.

Miranda corrió hacia él y eso lo desconcertó:

—Miri... ¿es estas bien?

— si amor te estuve buscando por todos lados — respondió ella su rostro era como cuando la vio por ultima  vez antes de desmayarse en el bosque de Chapultepec.

Sucia alarmada pero era ella lo miraba com amor su piel era normal y él la abrazó.

— No lo puedo creer estás aquí estás viva.

— yo también te creí muerto fue horrible   pero ya pasó estamos juntos amor.

Se sentaron lentamente en el suelo y se besaron  mientras la mente de Alai intentaba entender que había pasado.

Quería explicaciones lógicas para así poder darse permiso de disfrutar  la bendición de tenerla de nuevo a su lado.

— ellos te. — Miranda lo callo poniendo un dedo en sus labios.
— estoy cansada amor quisiera ver el amanecer y solo eso.
— vale...
— abrázame— pidió y él lo hizo la estrecho rodeándola  con su brazo y ambos miraron al cielo donde el sol comenzaba su acenso entre las montañas y salpicando de luz amarilla los edificios de una ciudad que parecía abandonada.

Alai cerró los ojos por un momento solo fue un instante y cuando los abrió otra vez el entorno había cambiado; estaba con la cabeza recargada en el cristal de un auto en movimiento.

Se había quedado dormido y soñó con lo que no podía ser.

Estaba en los asientos  de atrás y a su lado iba su Madre quien leía un libro vio hacia afuera y estaban en carretera, una carretera que se le hacía familiar.

Al frente en los asientos de piloto y acompañante estaban el soldado Valero y el comandante Espinosa; Espinoza conducía mientras miraba de reojo al chico a través del retrovisor.

Alai no se sentía cómodo con el, de hecho aunque cuatro días después de haber despertado en el hospital poco a poco comenzó a poder hablar en español cuando se trataba de hablar con Espinoza se ponía muy nervioso y empezaba tartamudear y hasta sentía que se le volvía a cerrar la garganta como al principio.

Espinoza por su parte tampoco se sentía cómodo la vibra que le daban los ojos de Alai no le daba nada de tranquilidad ni confianza  y por eso estaba siempre a la espera de una señal de peligro. 

— te echaste una buena siesta no — dijo Espinosa y Valero volteó a ver hacia atrás.

— si — dijo Alai en voz  baja.