81: la dualidad en la sangre

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81 la dualidad en la  Sangre

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81 la dualidad en la Sangre

Alai, estaba pegado a la pared y las luces de la calle contigua se apagaron y el piso tembló, mientras escuchaba los gritos espectrales.

se deslizó pegado a la pared hasta dar la vuelta en la esquina de la calle, tenía la calle de la catedral a sus espaldas y esperaba que la gente ya se hubiera escondido, aunque sabía que por la cantidad de personas esa noche no todos se podrían salvar. Agarró con más firmeza las dagas y se despegó de la pared y comenzó a correr en dirección a donde suponía que estaba el portal. Las luces de las calles y las casas se iban apagando conforme avanzaba y pronto todo se quedó en la oscuridad la niebla densa lo envolvía todo.


Alai vio cómo las dagas Trumoi-Ekaitza destellaron por un segundo, luego vio entre lo que parecían dos casas la luz verdosa del portal, una luz que parecía estar llamándolo hacia ella. Pero antes de que pudiera dar un paso más, algo lo arrojó hacia atrás, algo que no vio llegar.

Fue como si una fuerza invisible lo golpeara con gran violencia, haciéndolo caer al suelo con un golpe seco.

Alai intentó levantarse, pero una sensación de mareo lo invadió, haciéndolo sentir que el mundo giraba a su alrededor. Por suerte las dagas Trumoi-Ekaitza seguían en sus manos, pero sentía que su fuerza se estaba esfumando. La luz verdosa del portal seguía brillando.

Alai logró ponerse de pie y levantó las dagas Trumoi-Ekaitza en posición defensiva, listo para enfrentar lo que viniera. Luego de escuchar un nuevo grito, dio vuelta sobre sus talones, preparándose para atacar. Pero lo que vio lo hizo dudar por un momento. Una figura humana se acercaba hacia él, pero su cuerpo parecía estar distorsionado, como si estuviera siendo estirado y comprimido al mismo tiempo.

La figura se detuvo a pocos metros de Alai, y él pudo ver que era una mujer, o al menos, lo que quedaba de una mujer. Su rostro estaba desencajado, con los ojos saliéndose de sus órbitas, y su boca estaba abierta en un grito silencioso. Alai sabía que no era humana, no después de haber visto la luz verdosa del portal. Era algo que había salido de allí, algo que no pertenecía a este mundo.

El muchacho retrocedió un poco conmocionado, pues no había visto nada igual. Ese deterioro y transformación eran un nuevo nivel de horror, no parecía un engendro típico. La figura parecía estar sufriendo, como si estuviera siendo consumida por alguna fuerza oscura que la estaba desgarrando por dentro.

Alai intentó recobrar la compostura, pero su mente estaba llena de preguntas. ¿Qué era esa cosa? ¿Qué la había creado? ¿Y por qué parecía estar sufriendo de esa manera?

La figura dio un paso hacia él, y Alai se preparó para defenderse, pero no atacó. En su lugar, la figura abrió la boca y emitió un sonido que no era exactamente un grito, sino más bien un lamento desgarrador.

Alai sintió un escalofrío recorrer su espalda. Ese sonido era como nada que hubiera escuchado antes. Era como si la figura estuviera intentando comunicarse con él, pero no sabía cómo.

Alai El hijo de La Magia / #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora