¿Qué harías si un día descubres que una vieja leyenda contada de boca en boca está ligada contigo?
Eso es exactamente lo que Alai. está viviendo... Su madre le guardó demasiados secretos y él no había intentado buscar respuestas, hasta que Miranda...
NOTA: hola chicos este es el capituló con el que de verdad empiezan las cosas raras Hay contenido que no considero apto para menores de quince años pues se tocan temas tétricos y algo más gráficos de lo usual
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Alai
Raquel cerró la puerta y en ese instante sentí miedo, traguen seco y me alejé de la puerta al mismo tiempo que lo hacía ella con ganas de hacer lo contrario, Sin embargo no tenía de otra debía esperar.
— ya verás que no tardan, con la ayuda de Don Melquiades seguro regresan en menos de una hora. — claro. — ¿te llamas Alai verdad? — si.
— nunca había escuchado ese nombre, no eres Mexicano verdad. — soy mitad español y mitad. Mexicano... mi madre era mexicana y fue por ella que me vine a vivir aquí hace mucho. — dijiste era. — sí porque ella murió.— caminé un poco y sentí un leve pinchazo en mi brazo herido. — es por eso que sentí la conexión. — ¿ qué conexión? — cuándo hiciste contacto visual conmigo hace rato. Tu pérdida. te hace más Empático.
— ¿ como se llamaba? — quien. — tú hijo. — Eduardo, estaba apunto de iniciar la primaria.ć dijo y sus ojos se pusieron tristes. — lo lamento. — No digas eso, suena a condolencias y mi hijo no a muerto. — No, por supuesto que no— dije y ella se acercó más a mi — ustedes nos tienen que ayudar para qué las autoridades hagan caso de verdad y se que así daremos con quien sea que nos hizo esto.— algo en sus palabras me hacía sentir que sino era cauteloso con lo que decía las cosas se podían salir de control muy rápido y Raquel me lo confirmó cuando apretó mi mano. con fuerza. su cara era casi amenazante y para colmo sonrió , como esperando a que dijera algo y dije: — si para eso es que mis amigos fueron por las cosas.
Me soltó y se alejó señalando a la pequeña sala que tenía a un costado y dijo:
— puedes sentarte ahí a esperarlos yo voy a prepararles algo de cenar porque seguro no han comido nada en un buen rato.
— gracias — dije y caminé hacia uno de los sillones y vi la ventana que estaba justo al lado; se veía muy obscuro afuera y me pregunté
¿como estarán los demás? Ojalá y ya hayan solucionado lo de los neumáticos y me asome por la ventana.
De repente algo llamó mi atención, fue un sonido que llegaba desde afuera, un murmullo me acerqué más a la ventana y preste más atención.
¿yo había escuchado eso antes?
Sentí un pitido en el oído izquierdo y eso me hizo retroceder. Estaba mareado y me agarre del descansabrazos del sillón con ambas manos y Al apoyar mi peso sobre ellas. me arrepentí porque mi brazo herido dolió.
