¿Qué harías si un día descubres que una vieja leyenda contada de boca en boca está ligada contigo?
Eso es exactamente lo que Alai. está viviendo... Su madre le guardó demasiados secretos y él no había intentado buscar respuestas, hasta que Miranda...
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Miranda
Caminaba por el sendero en medio de los árboles, escuchaba los sonidos de la noche en el bosque y me preguntaba ¿ cómo llegué ahí?
Seguí caminando y viendo de vez en cuando mis pies. descalzos, rozando con los dedos de las manos la tela del vestido blanco que llevaba puesto..
Luego veía hacia el frente y escuché voces.
— ven ...
Al principio no reconocí la voz pero después cuando volvió hablar supe quién era.
— ven conmigo — dijo Alai a lo lejos.
—¿Alai? qué ... qué hago aquí
Pasé entremedio de dos árboles y llegué a un claro caminé un poco más y giré sobre mi eje y lo volví a escuchar.
— ven conmigo te necesito.
— ¿donde estas?
— aquí.
Escuché a mi espalda y me gire, estaba parado junto a uno de los múltiples árboles y también estaba totalmente vestido de blanco una gabardina, camisa y pantalón blanco.
— no debería estar aquí — dije— es más ni siquiera se que es aquí
— estás soñando Miri .
—que.
— y yo también. — se acercó pero no lo hizo Como la gente normal flotó hacia mi y yo retrocedí un poco. Asustada aunque luego recordé que dijo que estaba soñando.
— y por que soñaría contigo.
— porque. me amas.
— si se que estoy soñando significa que es un sueño lúcido así que puedo controlarlo y quiero que te vayas.
—No puedo irme — dijo y se acercó más.
— por que no.
— tú me quieres aquí y yo también quiero estar aquí, no hay más que eso — agarró mis manos y beso una de ellas — te necesito.
— no puede ser que mi Subconsciente me traicione así— sonreí con nerviosismo.
— el corazón manda en este lugar ya no lo niegues.
lo miré directo a los ojos y no tuve razones suficientes para no dejarme llevar, lo tenia ahí parado frente a mí y acorte más la distancia entre los dos.
Alai entendió el gesto y me besó, nos besamos como nunca antes y se sintió tan real.
Acarició la piel de mis brazos descubiertos yo metí las manos dentro de la gabardina que él llevaba y también lo acaricie.
