69: Zendora

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Ezequiel miró por la ventana a la silenciosa  calle su rostro tenso, por más que trataba el enfado por el escape de Alai no se disipaba  y de eso ya pasó más de un mes.

Se apartó de la ventana y observó a Libia  dormida, en la cama  que compartían;  ella estaba dándole la espalda. 

Era una mujer hermosa y buena amante; podía admitir que, si ella dejara de oponerse a lo que él era, y si él no tuviera que fingir para manipularla, podría permitirle quedarse a su lado; incluso podría reconocerla como su esposa y la principal de sus mujeres, aunque Rosalia se opusiera...

Rosalia jamás fue como Libia, no lo hacía sentir como Libia lo hacía cuando estaban en la cama, quizá era por la profecía que los unía que su compenetración era maravillosa.

Sonrió con malicia mientras sacaba las manos de su abrigo negro tipo túnica, era absurdo pensar en eso...  debía salir ya.

Rodeó la cama y pasó la mano por la cara de Libia y ella no reaccionó:

—Libia — susurró. 

Estaba dormida profundamente, la movió y ella se quejó pero no despertó, el té con las hierbas de sedación funcionó.

Le pareció que había sido demasiado fácil, de algún modo esa sumisión de Libia no le pareció normal.

Pero no sería él quien la hiciera reaccionar  o algo como lo de el día del escape de Alai podría repetirse.

Salió de la habitación y recorrió el pasillo  vio su reloj y faltaba poco para las once de la noche bajo las escaleras y entró en la sala de estar ahí lo esperaban todos sus pupilos.

— ¿ ya alimentaron a la doña?

— No señor ... — dijo Valery.

— que esperan para hacerlo.

— antes de hacerlo podrías decirnos  ¿por qué estamos favoreciendo a esa bruja?— una voz vino desde el fondo, Frank fue el que había hablado, todos los demás  no se atreverían a cuestionar a Ezequiel desde qué pasó lo de Alai porque estaba muy volátil.

— es una informante sobre usos y costumbres de las criaturas endémicas de la región. — vio su reloj —  vayan a hacer eso y tú — señaló a Frank  y también  a otro chico— y tú vendrán  conmigo iremos a reunirnos con Zendora.
Todos se miraron entre sí murmurando cosas como:  " en verdad ya está aquí" 

Valery  se acercó y se arrodilló frente  a Ezequiel:

— ¡déjeme ir con ustedes! quiero conocerla...

— No tú debes permanecer aquí y ver qué la doña esté bien alimentada.

Se alejó de ella y con un gesto llamo a quienes lo acompañarían y los tres salieron de la sala de estar.





Valero seguía sentado  en la sala de Sonia  esperando. A que ella llegara, Macarena la madre de la chica le pasó  la cuarta taza de café y dijo: 

— de seguro ya no tarda.

— esperemos que  sea así...Macarena  de verdad  su hija no le dijo nada más.

— No sargento... Sonia es bastante reservada conmigo— dijo cruzando las largas piernas— es mi culpa sabe,  reaccioné mal cuando ella trajo a ese muchacho.

— ¿habla de Alai?

— si, caray,  cómo le decía hace rato, vinieron tempranito el día que se abrió el portal y no le creí... pensé que me estaba jugando o que ese tal Alai era uno de esos captadores  de muchachas bonitas para sectas raras.

Alai El hijo de La Magia / #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora