Alai El hijo de La Magia / #PGP2024

83: El Bello Durmiente

Hola 😀 ya sé el titulo del cap es medio raro jajs  yo diría que hasta gracioso pero  lo que en él ocurrirá es el disparador de la locura  que se viene  pobre Alai 😱 
Sorry por no actualizar  esta semana tanto pero el cap esta buenísimo

83: El Bello Durmiente

Sin lugar a duda Esequiel estaba muy furioso, cuando comprendió la realidad; probablemente estaba demasiado involucrado emocionalmente en esa situación.

Por eso había tenido el juicio nublado... era tanta su hambre de poder y no podía ser para menos. Siempre sintió que estaba destinado a algo muy grande y resulta que eso para lo que nació era solo para traerlo al mundo a él. Alai, un estúpido crío que no tenía ni el carácter ni la capacidad para aprovechar el gran poder con el que nació.

Era esa la razón de su pensamiento cegado y ahora mientras daba vueltas por enésima vez por el mismo sendero de ese bosque tropical lo comprendió... no había tal piedra.

¿Como pudo ser tan idiota? Los poderes de los hijos de la Magia no se transfieren... su familia lo había intentado todo incluso habían secuestrado a niños innatos hace varios siglos intentando obtener su poder y nada había funcionado...

Se rió como desquiciado pero no estaba tomándoselo a broma, creyó que la bruja hablaba con fundamento ella se aprovechó de que él vio cosas como los Nahuales y los hechizos que algunos chamanes podían hacer así que no sería descabellado que al ser magia de una región tan alejada de donde los hijos dé la magia y Vitenebris fueron creados tendrían conocimiento y artefactos mágicos que ellos no tenían.

Pero era evidente que no era así, Ezequiel le gritó a la bruja varias veces pero esta ya se había esfumado hace rato.

Con la moral más pisoteada que tapete de entrada de un supermercado; en día lluvioso se decidió a regresar.

Facundo y Jacinto se miraron entre sí alarmados cuando Betina entró corriendo a la casa parroquial en la catedral. El sacerdote que se había presentado ante ellos y Alai como Nivaldo Córdoba les había ofrecido a los tres muchachos quedarse a dormir en el cuarto extra que tenía, y cuando ellos despertaron esa mañana, Alai no estaba. Enedina les dijo que había salido a la laguna a eso de las diez de la mañana, y ahora Betina llegó con que Alai no reaccionaba.

Los tres, Betina, Jacinto y Facundo salieron de la casa parroquial justo cuando Nivaldo iba entrando:

—¿A dónde van tan alarmados?—preguntó.
—Alai no reacciona—respondió Betina asustada. —

—¡Qué!

Todos fueron deprisa a la laguna y vieron a Juan que movía a Alai, quien yacía dormido apoyado en el tronco de un árbol.
—Miren, aún no despierta— dijo Betina mientras Jacinto y Facundo se acercaban.
—Alai—dijo Jacinto mientras lo movía—¡despierta! ¡Alai! Vamos, amigo, no juegues así—dijo Facundo moviéndolo de nuevo, y nada, Alai seguía igual, o no igual, porque su apariencia empeoraba con cada segundo.