¿Qué harías si un día descubres que una vieja leyenda contada de boca en boca está ligada contigo?
Eso es exactamente lo que Alai. está viviendo... Su madre le guardó demasiados secretos y él no había intentado buscar respuestas, hasta que Miranda...
Llegué a la casa de los Roque con mi mamá a mi lado, su presencia me brindaba un poco de consuelo en ese momento tan difícil; con el corazón pesado, toque el timbre del portón y retrocedí un poco.
aún estaba tratando de procesar la pérdida de mi bebé. El dolor y la tristeza me embargaban, y la ausencia de Alai solo hacía que todo fuera más difícil de soportar.
Después de salir del hospital, no sabía dónde más ir, así que fui ahí, esperando encontrar alguna respuesta.
Reinalda salió al zaguán y me dio una sonrisa triste, Caminó y abrió el portón y nos dejó pasar, caminamos hacia la casa que estaba al fondo del zaguán.
Al abrir la puerta, me encontré con los amigos de Alai, quienes me miraron con una mezcla de tristeza y confusión:
—¿Saben donde está Alai?— les pregunté, tratando de contener las lágrimas—¿O si se fue a Real de los Lagos?
A pesar de que tenía el apoyo de mamá, qué mis amigos Jackie y Nacho estaban pendientes de mí desde que se enteraron y estaban ansiosos por ayudarme. a salir adelante Me sentía perdida y sola, y la reacción de Alai solo había hecho que las cosas fueran peor. ¿Por qué había desaparecido sin decir nada? ¿No se suponía que debíamos enfrentar esto juntos?
Yunuen me sonrió con amabilidad y dijo:
— Que bueno que ya te dieron el alta, eso quiere decir que ya estás mejor. Pensamos que después de como te pusiste cuando la doctora dijo que Alai desapareció de su habitación, ya no volverías a buscarnos.
Al escuchar sus palabras, recordé cómo me había enfurecido con todos ellos por la desaparición de Alai. Me había sentido traicionada y dolida, y en ese momento, pensé que no volvería a poner un pie en esa casa otra vez, ni a hablarles. Pero ahora, al ver sus rostros preocupados y amables, me sentí un poco avergonzada por mi reacción anterior.
—Lo siento—dije finalmente, bajando la mirada—Sé que no tenía por qué enojarme con ustedes por lo que Alai hizo, pero estaba muy mal.
Yunuen se acercó a mí y me dio un abrazo suave. "No te preocupes, Miranda. Entendemos que estabas dolida. Lo importante es que estás aquí ahora, y estamos aquí para ti.
—Lo que necesito ahora es saber a dónde pudo irse Alai—dije, mirando a Yunuen y a los demás.
Mi mamá intervino, su voz llena de indignación: —No es justo, Miranda. Aún después de todo lo que te hizo, que te dejó botada en el hospital, sigues preocupada por dónde está él.
—No lo busco por él, lo busco por mí. Quiero que me diga en mi cara por qué me abandonó, si me culpa por lo qué pasó.
—Lo más probable es que Alai se haya ido a Real de los Lagos, ya que era lo que Yaxche le dijo que era necesario para lo que venía— facundo intervino.
Jacinto asintió, añadiendo su propia teoría: —Quizá la razón de su huida fue para protegerte, Miranda. Estabas mal, acababas de perder al bebé...
— No, no creo que eso sea excusa para abandonarla de esa manera. Debió ponerla a ella primero— Mi mamá descartó esa idea. Pero Reinalda intervino, dirigiéndose a mi mamá:
—Eso es muy injusto, no sabemos qué pasó por la mente de Alai.
Jacinto se volvió hacia mí, todo su semblante lleno de seriedad y su voz por un momento me pareció la de un sabio:
—Recuerda, Miranda, Alai haría todo para protegerte, incluso alejarse de ti si creía que eso era lo mejor.
Me sentí un poco confundida, no sabía qué creer. ¿ Alai me había abandonado por protegerme? Pero la última vez que nos separamos las cosas solo se complicaron, incluso le hice prometer que no volveríamos a separarnos.
Él debió esperarme, debió quedarse y hablar conmigo no huir como siempre era su costumbre.
Me sentí desesperada, mis pensamientos giraban en círculos:
—Y si no se fue por eso... y si no me perdona por no haber sido más cuidadosa con el embarazo— dije con la voz temblando.
—A lo mejor hasta le cayó como anillo al dedo ya no tener la responsabilidad del bebé y por eso se fue— mamá añadió y no ayudó a calmar mis miedos, su comentario me hirió aún más.
sentí como si me hubieran golpeado en la cara, como si alguien agarró mi frágil corazón lo metió en una licuadora y le dio al botón de máxima potencia.
entendía que estaba igual de devastada que yo pero sus palabras me dolieron profundamente. ¿Cómo podía pensar eso de Alai? ¿Cómo podía pensar que no me quería? Me enfadé, sintiendo una mezcla de tristeza y rabia.
—No es cierto—dije con firmeza— Alai no es así, él me quería, él quería al bebé.
Pero las dudas ya habían sido sembradas en mi mente.
Reinalda se acercó a mí y dijo con voz suave y calmada:
—Claro, Miranda, él te ama. Se puso muy mal cuando supo que habías perdido al bebé, y hizo todo lo posible para llegar hasta ti para curarte. Y si eso no es amarte, no sé qué lo sea.
Sus palabras me llegaron al corazón, me hizo recordar la forma en que Alai me había cuidado y protegido durante el embarazo. Todo lo que luchó por nosotros. Recordé la forma en que me había mirado, con tanto amor y devoción cuando nos volvimos a encontrar en el Zócalo.
Me sentí un poco más tranquila, la duda que mi mamá había sembrado en mi mente comenzó a desvanecerse. Tal vez, solo tal vez, Alai había desaparecido porque estaba sufriendo, porque no podía soportar la idea de perderme a mí y al bebé.
—sí Alai está en real de los Lagos debemos ir ahí— dije ansiosa.
—yo creo que lo mejor es irnos a la Ciudad de México — mamá me agarró del brazo— si lo que dicen es verdad y él se alejó de ti para protegerte no deberías ir a buscarlo puede ser peligroso.
—Pero, mamá, yo lo amo. ¿Y si me necesita?.
—en este caso tú mamá tiene razón— Facundo la apoyó.
—si Alai no te llevó debió ser por que era lo mejor mija — dijo Reina.
— es un necio— dije frustrada— no entiende que yo sólo voy a estar bien y a salvo si estoy con el.
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