73: Sombras
Alai
La noche estaba fría y húmeda, el suelo fangoso bajo mis pies y la oscuridad que se sentía aplastante me rodeaba con su imponente manto; contrastaba mucho con la luz artificial de la habitación en el hospital donde estuve segundos antes de huir cobardemente.
Había despertado de un sueño donde Miri, nuestro hijo y yo éramos felices, y una sacudida de la cama hizo que regresara a la realidad.
No tuve tiempo para ponerme a llorar o reprocharle a la vida la infelicidad de Miri y la mía, pues una voz vino a mí:
"Debes ir a donde fuiste feliz".No fue difícil deducir que era mi voz hablando de nuevo; cerré los ojos y quise ignorarla, pero repitió:
"Debes ir a donde fuiste feliz".
—No, yo no merezco eso, ya lo entendí.
"Si no vas, ella sufrirá más, tú también y los demás... debes ir y encontrar las respuestas".
—Ya no quiero que sufra—Abrí los ojos y me senté.
"Para que no sufra, debes cumplir con lo que se te ha encomendado, por su bienestar en este momento; no te preocupes, está bien, tu amor la salvó... ahora debes seguir".
Fue esa Última declaración la qué me convenció de escapar del hospital A través de uno de mis hechizos de tele- transportación.
así que después de dejar una pequeña carta sobre la cama realicé el hechizo y ahora estaba ahí en medio de la oscuridad de un paraje A las afueras de Real de los lagos.La bata de hospital que llevaba puesta era de un material muy delgado y volátil Los pliegues de la parte baja se movían como fantasmas danzantes de color azul.
Suspire con pesadez, comenzando a sentirme un poco culpable por irme así pero ya estaba hecho ahora tocaba seguir adelante.
Mientras caminaba por el camino rural, la oscuridad parecía envolverme por completo. La luz de la luna luchaba por filtrarse a través de las nubes, dejando solo una tenue claridad que hacía que los árboles y arbustos parecieran sombras vivientes. El suelo bajo mis pies era irregular y pedregoso, y el sonido de los guijarros y ramas secas crujía con cada paso que daba. El aire estaba impregnado de un olor a tierra húmeda y hojas descompuestas, un aroma que me recordaba a mi infancia.
A medida que avanzaba, la silueta de la casa de mi mamá comenzó a perfilarse en la distancia. La casa que había sido testigo de tantos recuerdos felices ahora se alzaba como una sombra abandonada, sus ventanas vacías como ojos que me miraban sin ver. La puerta principal colgaba de sus goznes, como si hubiera sido arrancada por una fuerza invisible. sentí un nudo en la garganta al ver el estado de abandono en que se encontraba, pero Era lógico nadie había estado ahí después de la tragedia.
Caminé acercándome y, mis pies enlodados se hundían un poco en el fango.
no obstante más cerca de la casa el piso no estaba tan lleno de lodo y cuando llegue a la puerta el aroma a madera vieja me inundó la nariz.
Un escalofrío me llegó de súbito como si me advirtiera que la obscuridad que abundaba en el interior de la que una vez fue mi casa no permitiría que ni un poco de luz escapara de su hambre.
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Alai El hijo de La Magia / #PGP2024
Fantasy¿Qué harías si un día descubres que una vieja leyenda contada de boca en boca está ligada contigo? Eso es exactamente lo que Alai. está viviendo... Su madre le guardó demasiados secretos y él no había intentado buscar respuestas, hasta que Miranda...