49: UN TORMENTO SIN FINAL 

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49: un tormento sin final

Grite con tanta fuerza que si me hubiese desgarrado  la garganta por ello no sería raro

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Grite con tanta fuerza que si me hubiese desgarrado  la garganta por ello no sería raro.

Y no me importaba.

Estaba viendo al amor de mi vida convertida en un ser espantoso, que en lo único que podría pensar es en traer alimento  o más soldados a las filas de los errantes.

La perdí como perdí a mis hermanos.

Como Jacinto perdió a su madre.

Aunque al menos él tenía el consuelo de saber que su madre no regresaría de la muerte convertida en esto pues por lo que se las criaturas que atacaron en Sanagustín no son las que pueden convertirte en un engendro como ese.

Horrorizado con la idea de que mi amada Miri estuviera atormentada dentro de ese ser ominoso que en ese mismo instante empezó a gritar uniéndose a la Horda.

Que a pesar de todo lo que luchamos  de su valentía y fe en mi que la llevaron a  seguirme y amarme como lo hizo no conseguimos salvarnos.

¿Su pago por ser el ser humano más luminoso y bello fue morir así?  

Ni siquiera era una muerte era un tormento sin final y todo por mi culpa.

La rabia creció en mi interior dándome una sensación de calor ascendente  mientras las imágenes de todo lo que viví con Miri los momentos donde la vida pareció sonreírme y casi me hizo creer que  podía ser feliz.

La noche en la que me dijo que seríamos padres. 

Ese hijo al que no conocería jamás.

De repente de mis antebrazos bajo la tela de la sudadera sentí que una corriente se deslizó la luz azul llegó a mis manos y rápidamente rodeo todo mi cuerpo incluso se aferró al tentáculo que aún colgaba de mi abdomen y también se apoderó del escudo sobre mi faz, eran como lazos de luz azul que entre ellos se enlazaban y se tensaban  lucían como  algo que semejaba una red.

Afuera del escudo también el entorno estaba siendo afectado pues escuché truenos el viento empezó a soplar sumamente fuerte y mi cuerpo igual que el escudo comenzaron a temblar.

La rabia llegó a ese punto donde ya no hay modo de contenerla, la energía también estaba apunto de estallar  y probablemente lo haría Destrozándome en el proceso y lo acepté. 

La magia innata que tanta ambición Suscitó Ésa que me hacía a mí y a mi raza los más poderosos de la tierra pero a su vez los más desdichados terminaría por consumirme.

Literal.

Pero antes haría el último hechizo, concentre toda la intención en un objetivo y la energía pareció entender mis mandatos.

Cerré los ojos y pedí permiso a la fuente para hacer lo que haría a continuación.

abrí los ojos  y alce las manos abriendo los brazos  uno a cada lado provocando que el escudo perdiera su fuerza y entonces los entes comenzaron a avanzar hacia mi.

Alai El hijo de La Magia / #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora