64: la fortaleza de ambos

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64: La fortaleza del otro


La sala del depa de Jackie; que no era muy amplia se sintió mucho más pequeña mientras se daba una conversación de la cual yo estaba siendo testigo  sin quererlo.

— ¿qué? ¿Como que no soy hija de mi papá? — preguntó Miri.
— lo siento, de verdad que más quisiera que las cosas fueran diferentes pero así son no eres hija de Fausto yo salí embarazada de otro hombre antes de que me casara con él — habló Alfonzina.

— No lo puedo creer mi padre biológico no quiso hacerse cargo — Miri se dejó caer en el sillón — vaya ni teniendo otro papá la historia es diferente él tampoco me quizo.

— hija no...

— no me vayas a salir después de todo con que Fausto si me quiere y lo vayas a defender como esposa abnegada porque no te queda.

— No yo ya no pienso defender a Fausto.— la mujer se acercó— si lo hice hace unas semanas fue porque seguía negada a ver a aceptar mi realidad quería seguir tapando el sol con un dedo pero ya no más.

Yo estaba parado detrás del sillón donde Miri estaba sentada tenía mis manos sobre sus hombros tratando de darle un poco de consuelo a través de caricias suaves y pausadas.

Ella lloraba y me dolía, no me gustaba verla así pero entendía que estaba en su derecho a ponerse mal al descubrir semejante verdad.

— ahora tiene sentido el rechazo que siempre sentí que él tenía hacia mi— sollozo— yo pensaba que era porque nací mujer... por eso de niña y en mis primeros años de adolescencia traté de ser la mejor en todo la hija perfecta para que me quisiera un poquito más y nunca lo logre del todo.

Sentí una dolorosa conexión entre su infancia y la mía, entre las carencias emocionales de ambos y entendí porque éramos tan afines, una dolorosa similitud sin duda.

— nunca lo logre porque él sabía que no llevaba su sangre— se limpió las lágrimas— ¿sabes lo duro que es crecer sin sentirte suficiente mamá?

Alfonzina negó y Miri se puso de pie de manera abrupta.

— es una mierda... te hace ser siempre presa de tus miedos casi provoca que pierdas al amor de tu vida — volteó a verme — casi por mi miedo lo pierdo a él— dijo Volteando a ver a su mamá mientras me señalaba todo eso me causó tu mentira.

— lo siento hija pero no supe que hacer estaba sola asustada y fui cobarde.

— ¿como se llama el que es mi padre biológico? — preguntó Miri— quiero saberlo todo ya.

— se llamaba Andrey y no supo que sería padre— respondió Alfonzina— cuándo yo me enteré del embarazo se había ido a hacer un viaje corto y no regreso.

La mamá de Miri le contó todo lo que ya me había dicho a mi.

Miri quedó devastada porque ahora tenía el
Conocimiento de que tuvo un padre con el que quizá pudo tener más afinidad pero la vida se lo arrebató.

Después de eso corrió a mis brazos y traté lo mejor que pude de consolarla.

Estuvimos un rato así abrazados y luego llegaron Jackie, Nacho y Sonia.

Empezó de nuevo la seguidilla de disculpas de parte de Jackie y Nacho; les aseguré que no tenían porque disculparse entendía perfectamente sus reacciones y que todo estaba olvidado.

En lo que yo quería concentrar mi energía era en lo bueno por más difícil que pareciera.
Y lo bueno es que estábamos ahí juntos que Miri estaba aferrada a mi brazo mientras charlábamos con nuestros amigos.

Ya no me fui esa noche me quedé en casa de Jackie junto a Miri y su madre.

claro que yo dormiría en el sillón de la sala porque la habitación extra que tenían en el departamento de tres recámaras la estaban utilizando Miri y su mamá.

Tenía los ojos cerrados cuando sentí que me acariciaban el cabello.abrí los ojos de golpe y ahí estaba Miri presiono su dedo sobre los labios y susurró:

— No puedo dormir.

Me senté y la tomé de las manos.

— sigues mal por lo que te ha confesado tu madre.

— No es solo eso— dijo — yo creo que si los padres de Jackie no fueran tan conservadores y me dejaran dormir contigo...

— a mi también me hace falta dormir abrazado de ti— dije sonriendo— me acostumbré rápido a lo bueno.

— vamos a la azotea— se levantó.

— pero eso tiene llave no.

— aquí las tengo— me mostró el juego de llaves el cual hizo ruido y ella las agarró con ambas manos intentando evitar que su metálico sonsonete se siguiera escuchando y ambos miramos al pasillo con miedo.

— de detective te mueres de hambre— dije y ella me dio un coscorrón.

— ya no te burles y levántate para ir saliendo ya— le hice caso y ambos salimos.

Subimos las escaleras y salimos a la azotea. Todo el lugar estaba húmedo y con charcos por la lluvia.

— no hay donde sentarse— dije
— ya vi — se quejó y la mire.
— no importa es lindo estar aquí contigo.

— yo quería que nos quedáramos a dormir aquí hasta mañana— me abrazó— no quiero separarme de ti.

— Miri escúchame bien... aún cuando no estemos juntos físicamente lo estamos en espíritu tú estás en mí como yo en ti — puse su mano en mi pecho entrelazada con la mía y luego las trasladé al suyo— este horrible momento que vivimos nos lo demostró... tú fuiste mi fortaleza y yo fui la tuya... nuestro amor fue la protección del otro así que no temas a nada.

— ¿aún si lo que nos amenaza es algo como los errantes?

— No puedo engañarte Miri no será fácil tal vez suframos mucho tengamos mucho miedo pero yo sé qué tú me darás la fuerza que me haga falta y yo espero hacer lo mismo por ti.

— ya desde que me diste tu corazón y eso tuvo consecuencias — puso mi mano en su vientre — me has dado todas las razones para seguir adelante por nosotros y por nuestro hijo así que lo haces.

Nos miramos a los ojos y nos besamos después.

Alai El hijo de La Magia / #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora