¿Qué harías si un día descubres que una vieja leyenda contada de boca en boca está ligada contigo?
Eso es exactamente lo que Alai. está viviendo... Su madre le guardó demasiados secretos y él no había intentado buscar respuestas, hasta que Miranda...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Miranda
Todo fue demasiado rápido.
solo habíamos tardado 40 minutos.
Don Melquiades y su hijo eran muy rápidos cambiando neumáticos y regresamos por Alai.
Lo. encontramos caminando por la carreterita . mirando de vez en cuando hacia atrás y cuando me bajé del auto porque lo vi tropezar y vi su cara supe que algo no estaba bien y cuándo le pregunté no. me pudo contestar por qué se desmayó.
Don Melquiades. avanzó hacia la casa corriendo y escuchamos sus gritos:
—¡ se quema la casa !
Nacho, Sebastián y yo fuimos corriendo hacia allá y era verdad aquella casa se había incendiado, las. llamas altísimas devoraban el lugar donde habíamos estado y gente comenzó a llegar.
Trataban de apagar el fuego y nosotros tratamos de ser de ayuda pero Juan nos dijo que nos encargáramos de nuestro amigo y. que no estorbáramos.
Regresamos al camino y Jackie estaba de rodillas junto a Alai le acariciaba la cabeza y le hablaba pero El seguía igual.
— ¿qué hacemos? — me preguntó. — No tengo idea ni siquiera se qué pasó aquí. — Es una suerte que haya podido salir de esa casa sin ninguna sola quemada,— dijo Nacho. — sí pero. — Sebas , me apartó de su camino y abrió una botella de agua que tenía en la mano y le arrojó toda el agua en la cara a Alai.
Alai reaccionó girando su cuerpo a un costado y comenzando a toser; Nacho y Jackie emitieron un sincero y compartido: —¡ay!
— ¡te pasaste Sebastián— dije yo. —uy perdón por ser el único cuerdo en este lugar y buscar una solución para que reaccionara. — Alai, ¿ estás bien?
— la casa— dijo mientras recuperaba el aliento después de toser como loco— la casa está... se quema. — eso ya lo sabemos — dijo Sebastián. — sí y la gente de la comunidad ya se está encargando de resolver eso — dije yo . — la señora Raquel ¿ dónde está? ¿Logro salir contigo ?— Ignacio preguntó. — No. — ¡está en la casa!— Jackie pronunció llevándose las manos a la cara y mirando hacia donde se llegaba para la casa. — si,
— se quemó , no manches... si se quemo. — Ignacio comenzó a caminar de un lado al otro. — que horrible — susurró Jackie y Sebas solo me miraba a mi como diciendo te dije que no era buena idea venir aquí.
Alai ya se había sentado. en la tierra tenía los brazos alrededor de sus piernas y miraba a la nada, me puse de cuclillas y le dije — ¿ qué pasó? Cómo fue que en 40 minutos las cosas se complicaron tanto. — No sé. — ¡cómo no vas a saber si estabas ahí! — reclamó Sebastián— eras el único. — No sé — Alai repitió desafiante por un segundo — sólo se que esa mujer no estaba bien. Ella no, no pudo sobreponerse a lo que pasó con su hijo. — eso qué tiene que ver con el incendio. — que ella lo provocó— Alai volvió a bajar la cabeza y perderse de nuevo viendo a un punto inexistente.
