¿Qué harías si un día descubres que una vieja leyenda contada de boca en boca está ligada contigo?
Eso es exactamente lo que Alai. está viviendo... Su madre le guardó demasiados secretos y él no había intentado buscar respuestas, hasta que Miranda...
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Alai
De repente nada parecía sostenerse .
mi cordura pendía de un hilo porque casi me convencían de que todo me lo imaginé .
Pero no era así.
Ahora más que nunca sabía que ya no podía seguir haciéndome a un lado. Ya no podía callar e ignorar incluso si me daba miedo, si pensaban que perdí la razón.
Incluso si todo parecía estar en mi contra yo iba a seguir firme con mis dichos. No Cambiaría ni una sola palabra ni coma de lo que dije porque de nada sirve si esas cosas son reales y andan sueltas por ahí.
Por eso decidí escapar del hospital. Pero Antes tenía que verla si Miri recordaba lo que pasó en el parque tal vez su palabra le daría mayor peso a la mía y también quería saber como estaba.
mis esperanzas se murieron cuando ella dijo que no recordaba, Sin embargo le conté.
Me arriesgue a ser honesto Le dije lo que había pasado porqué nos salimos de la carretera, lo que le pasó a mis hermanos en verdad y le conté parte de lo sucedido en San Gervasio y como lo imaginé no me creyó.
¡Me veía como si estuviera loco!
Pero todavía me veía con amor nos abrazamos y nos quedamos dormidos ahí y se, yo se que no debí, pero estaba tan cansado que me dejé llevar por el sueño y me descubrieron..
El hombre del personal médico me agarró con brusquedad y mi reacción primaria fue empujarlo para. que me dejara pero él intentó pincharme con una jeringa quería sedarme pero se la logré quitar lo empuje de nuevo y aventé la jeringa lejos para después salir corriendo.
Ahora estaba Escabulléndome entre calles, agotado pero incapaz de parar ya no sabía por dónde andaba solo tenía clavada la imagen de Miranda viéndome con preocupación; intercalada con la imagen de mis hermanos asustados viendo cómo esas cosas los acorralaban y luego...
nada, una gran inmensa nada en mi mente: salvo por sus gritos y la seguridad de que no sobrevivieron,
¿estaba teniendo problemas para recordar cómo los tuve cuando perdí a mamá? ¿esas lagunas mentales que me habían afectado de niño regresaron?
Llegue a una esquina y mire a ambos lados de la calle indeciso no sabía si cruzar o si debía ir hacia la izquierda o hacia la derecha y tampoco importaba.
No tenía a donde ir.
Me senté en la acera y puse mis piernas contra el pecho abrazándolas mientras toda la adrenalina que me impulso a salir del hospital y correr por tantas calles dejo por completo mi cuerpo y en su lugar sólo quedó la desolación.
¿qué iba a hacer ahora? ¿Como iba a parar esto que sabía que estaba asechando en las sombras? Y ¿ realmente valía la pena tanto suplicio? Estaba tan confundido, contrariado por mis pensamientos.
