Nuevo tipo de mago

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-¡Vamos!

-Está enfrente de ti.

-¡Vamos, vamos!

El bullicio se hacía presente en el lugar. El balcón estaba llena de magos de familias prominentes, miembros del consejo británico e invitados de otros ministerios, todos observando lo que parecía ser una batalla... no, mejor llamarla una carnicería unilateral.

El lugar donde estabamos sitiados era una arena de comnbate, situada en el minsiterio britanico, este lkyugar es esapcioso y bsaaten bueno para combates de magos, la vista estaba basante buena desde el balcon, ademas de que habia una fuerte barrera erigida que hacia que cualquier hechizo no golpeara al publico, lcaro hechisos estamdar no hehcizos que pudanm atravezas esta barrer.

-¡Graaah! -gritó uno de los presentes cuando—

*FRRRRRRRRR*

*CRAAAKK*

Un viento violento se hizo presente, seguido del sonido de algo quebrándose, resonando en la sala. Segundos después, una cortina de viento y polvo cubrió a los espectadores.

-Mira... lo mismo...

-No puede ser...

-No se cansa... este es el séptimo duelo.

Los presentes mostraban reacciones divididas: algunos con asombro genuino ante lo que ocurría, mientras que otros expresaban frustración y enojo. Aunque muchos de estos últimos tuvieron que reprimir sus emociones, pues había una invitada en particular a la que no querían molestar.

*Clin* *Clin* *Clin*

Tranquilamente, en primera fila, estaba una dama de cabellos dorados, tan serena que tomaba su té con suma tranquilidad, sin cambiar su expresión en ningún momento. No se perturbaba por el viento ni por el bullicio que la rodeaba, solo concentrada en lo que tenía enfrente.

Siendo la maga que ha causado cambios en el status quo del mundo mágico, para bien o para mal, la dueña de una empresa en auge y sin piedad alguna ante sus oponentes, no era otra que Emilia Le Fay, con una leve sonrisa en su rostro.

-Con esto, esos vejestorios por fin dejarán de molestarme por un tiempo... -dijo, bebiendo de su taza.

Su conversación no podía ser escuchada debido a la magia que la rodeaba, permitiendo que solo ella y su acompañante hablaran con privacidad. Junto a ella, Freya Ragnarok, con una vestimenta menos formal y más suelta, descansaba con un aire de indiferencia. En su espalda llevaba lo que muchos aún veían como un enorme hacha de batalla, tan intimidante que pocos se atrevían a preguntar sobre ella.

Hubo algunos curiosos que intentaron lanzar hechizos para examinar el arma, pero cada vez que lo hacían, Lady Ragnarok simplemente llevaba la mano al mango de su hacha, sumiendo la sala en un miedo silencioso. Con cada intento fallido, los presentes comenzaron a catalogarla como un arma tan poderosa como la espada mágica de Lord Le Fay.

-Sí... eso espero -respondió Freya con desgano, mientras movía su cola con poca fuerza. Esperaba que los encuentros fueran más entretenidos, pero incluso ella sabía que no sería así.

Para entonces, el humo se había disipado, revelando la escena.

En el centro, Ryu permanecía de pie, vestido con sus ropas formales de Elysium, sosteniendo su varita con un porte noble y dominante. Frente a él, un mago chino, supuestamente un auror, yacía en el suelo sin mostrar signos de moverse.

No estaba muerto, solo aturdido. Ryu se había contenido lo suficiente para no causar daño letal, como dictaba el acuerdo del duelo.

-"Esto sería más rápido si me dejaran más libertad" -pensó con reproche. Hasta ahora, los encuentros habían sido monótonos y sin mucha gracia.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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Reencarne sin querer y además.... ¿Por qué las túnicas negras?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora