Capítulo 2.10 Amanecer en la playa

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Por suerte Sofía no termino por hacer ningún escándalo, simplemente se fue y lo agradecí, no soportaría que me tratara mal delante de Nick. Aunque en lo personal creo que le iría peor a ella.

Cuando llegamos a la playa ya todos se encontraban en el lugar alrededor de una fogata y cuando la cerveza llego todos celebraron y empezaron ayudarnos con las cosas. Nick se camuflaba muy bien el lugar, era tan increíble que podía intervenir en cualquier conversación con naturalidad y seguridad.

Nick terminó por pasarme una bolsa de maíz con arándanos, así que solo me senté cerca de la fogata mientras disfrutaba de la vista del sitio. Abby se encontraba bailando y bebiendo más de la cuenta.

—Ya vuelvo — me dijo Nick dejando un suave beso en mis labios.

—Te espero — le dije con timidez. Para él era tan fácil las demostraciones en público, a mí, por otra parte, me costaba.

—Sí — le dije con una sonrisa.

Nick se retiró hacia la camioneta donde seguro irán a sacar algunas cosas. Seguí comiendo con tranquilidad, hasta que Sofía se acercó y se ubicó cerca de mí.

—Toma — me dijo entregándome un malvavisco caliente.

—¿Malvaviscos? — le pregunté sin entender su comportamiento.

—Son deliciosos — me aseguro mientras me lo pasaba.

—Me hacen daño — le dije para que entendiera por qué no se lo recibía.

—Olvídalo — me dijo con molestia, lanzando el malvavisco al suelo y retirándose.

A pesar de que Sofía se mostraba más amigable conmigo, yo seguía teniendo mis reservas con ella. No olvidaba todo lo que me había hecho hasta el momento. Abby termino por acercarse con una botella de cerveza y luciendo pensativa.

—¿Qué comes? — me pregunto cuando se sentó junto a mí.

—Es maíz con arándanos — le dije mientras seguía comiendo.

—Déjame probar — me solicito, así que le ofrecí de la bolsa.

Abby empezó a comer mientras se perdía en la oscuridad del mar y de sus pensamientos. No entendía qué le pasaba.

—Está delicioso — me dijo mientras seguía con su vista fija en la nada.

—¿Pasa algo? — le pregunté con cautela.

Abby me volteo a ver y después sus ojos se aguaron, preocupándome más. No sabía qué le pasaba, pero no era normal su comportamiento.

—Abby — le dije mientras la abrazaba y ella soltaba unas suaves lágrimas.

—¿Crees que soy fea? — me pregunto con tristeza.

—Eres hermosa — le aseguré con determinación.

Abby con sus caderas definidas y sus lindos ojos azules grisáceos llamaban mucho la atención. Nunca entendí por qué ningún chico del instituto la invitaba a salir, pero supongo que era por su hermano.

—Gracias, pero se sincera — me pidió, sin creer en mis palabras.

—Eres muy bonita — le garanticé.

—Entonces porque no me siento linda. Es que... — menciono mientras le daba un gran sorbo a su cerveza.

—Lo mejor es que dejemos esto por aquí y come algo de maíz conmigo — le dije mientras le quitaba la cerveza y le daba maíz.

—Sí — me dijo con tranquilidad.

—¿Qué pasa? — le pregunte con nostalgia, mientras la miraba.

6.El Alfa ImplacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora