Capítulo 2.30 Rhys al descubierto

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El señor que decía ser el papá Nick. Era una persona rencorosa, soberbia y ambiciosa. Lo detestaba y odiaba más la manera en que miraba o trataba a Nick. Mi Nick era el mejor de sus hermanos, pero ese señor siempre lo miraba de reojo y evitaba cruzar palabras con él. Amenos de que estuviera borracho justo como ahora.

—Sigue bebiendo — le dijo Nick con tono de molestia.

—Déjeme en paz. Asesino — le dijo el señor con odio.

—Él no es un asesino — le dije con rabia.

Quien se creía ese señor para decir que mi Nick era un asesino. Mi Nick era bueno, justo y extraordinario. No sabía ese señor que tanto de su capacidad cerebral se había dañado con tanto alcohol en su sistema, pero cuando este señor decía este tipo de cosas, asumía que era mucha y que por eso era tan estúpido.

—Cállese — me respondió ese señor con molestia.

—A ella no la calle — le dijo Nick con autoridad y mucha rabia.

Nick avanzó hacia él por lo que el señor se movió hacia atrás, pero después tomo otro trago de su licor y lo miro con burla.

—¿Qué va a hacer? ¿Golpear a su padre? — le dijo con su estúpida risita de borracho.

Ese señor era la persona que más había colmado mi paciencia, termine por tomar un florero que tenían en la mesa del pasillo. Si pensaba que iba a golpear a Nick estaba muy equivocado porque no se lo permitiría.

—Él no, pero yo si — le dije lanzándole el florero a su rostro.

Estaba tan borracho que lo termino desestabilizando y cayó hacia atrás pegándose con la pared quedando ahí sumergido en la inconsciencia y el sueño.

—Dulzura — me dijo Nick con una sonrisa mientras me tomaba de la mano.

—Vamos — le dije mientras dejaba un suave beso en sus labios y empezábamos avanzar hacia la salida.

Cuando salimos de la casa todos nos estaban esperando para poder irnos al lugar donde según Arman realizaríamos la fiesta de despedida, pues mañana nos iríamos devuelta a nuestras casas. Damien decidió no ir y Tyler se quedó con él, para que Indira disfrutara un poco más de esa libertad y locura que compartía cuando estaba con Arman. Santiago y Rossan, por otro lado, se quedaron con sus hijos quienes querían ir a dar vueltas por un parque.

El sitio a donde fuimos era hermoso y acogedor, tenía mesas rústicas, alrededor y en la parte superior del lugar se encontraba decorada con bombillos que le daban ese toque de elegancia.

Todos empezaron a pedir sus tragos y yo terminé por pedir solo agua, pero Arman me pidió después un tipo de refresco de frutas, pero sin una gota de licor. Todos empezaron a sentirse más alegres con el licor y a disfrutar mientras bailaban de un lado a otro.

Yo solo me reía de la ocurrencia de Arman que se la pasaba coqueteando y causando revuelo en la pista. Indira por su parte le seguía la idea con todos sus bailes, parecían una pareja de bailarines profesionales, bueno tal vez eran un poco descoordinados y habían chocado más de una vez, pero era entretenido verlos.

—Deme dos tragos — le dijo Leilani al señor de los tragos, feliz.

—Esa es mi hermana — le celebro Indira. Mientras pedía otro trago.

—Sii — celebro Arman mientras brindaba con ellas.

—Voy a buscar a mi lobo. Ya sabes que cuando bebo me dan ganas de follar y solo él me satisface — les dijo Indira y Arman celebro, mientras que Leilani negaba con la cabeza.

6.El Alfa ImplacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora