Capítulo 1.10 Brutal

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Cuando me di cuenta a quién pertenecía la sombra lo miré con sorpresa, mientras que él se acercaba a mí y parecía una alucinación, con su jean, buzo azul y chaqueta de jean, que lo hacían ver como alguien inalcanzable, sus zapatillas Adidas blancas se encontraban completamente limpias, haciéndolo parecer alguien lejano a este lugar. De pronto me sentí mal con jean y saco de colores pasteles, como los del arcoíris. Mis zapatillas blancas sí se encontraban un poco sucias debido a los charcos de la entrada.

—Hola, dulzura — me dijo con su linda sonrisa cuando se acercó a mí.

—Nick — le dije devolviéndole la sonrisa. Lo había extrañado tanto en este tiempo que me parecía una alucinación estar hablando con él.

—¿Qué haces aquí? — me pregunto mientras se sentaba junto a mí.

—Es que vine con alguien — le dije mirándolo de reojo.

—¿Y te dejaron sola? — menciono mientras apretaba su mandíbula.

—Fueron al baño — le dije mientras me acomodaba mejor, pues su presencia me ponía nerviosa.

—No es conveniente que estés aquí sola — me dijo mientras se ponía de pie.

—Me puedo ir — le dije mientras me ponía de pie. Sabía dónde había quedado el carro, así que podía caminar hasta su ubicación.

—Vamos — me dijo tendiéndome la mano y yo lo miré de forma tímida —. Te llevo a casa — menciono con su semblante serio.

—Sí — le dije mientras aceptaba su mano de forma indecisa.

Nick me sonrió y empezó avanzar conmigo, mientras yo sentía mariposas en mi estómago y sentía una sensación en mi pecho que no había sentido hace mucho tiempo. Nos abrían paso sin problema y yo solo permanecía con mi mirada agachada mientras que Nick avanzaba con su rostro serio.

—Brutal — menciono el hombre de la entrada — La paga — le dijo mientras le daba un maletín y Nick lo aceptaba con la otra mano.

Seguimos avanzando y llegamos a su auto donde el término por abrir el maletero y dejar el maletín para volverlo a cerrar. En ningún momento había soltado mi mano y yo solo sentía como las maripositas crecían más.

—¿Todo eso te pagan por pelar? — le pregunté cuando él me abría la puerta del copiloto.

—Sí — me dijo mientras me detallaba y acomodaba un mechón de mi cabello.

—Es mucho — le dije en susurro.

—Cuando tengo más de una pelea, mis ganancias suben — me aseguro con una sonrisa.

—No te da miedo — le dije en tono preocupado.

—¿Miedo? — él me miro anillando mi próxima respuesta.

—Que te lastimen — le dije con preocupación.

—No — me aseguro con determinación —. Me gusta pelear — me aseguro.

—Pero aquí es peligroso — le dije mientras veía a nuestro al redor.

—En todo lado es peligroso, dulzura — me aseguro con tranquilidad, mientras me detallaba con sus lindos ojos esperando una reacción por parte mía.

Nick podía ser el chico bueno, pero también el chico malo, popular e inteligentes. Todos en uno solo, lo que lo hacía una combinación peligrosa, pero adictiva. Termine por entrar al carro y Nick cerró la puerta, para después entrar y empezar a conducir hacia el centro de la ciudad.

—¿Qué quieres comer? — me pregunto cuando nos estacionamos en la zona de comida de la ciudad.

—No sé — le dije de forma indecisa.

6.El Alfa ImplacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora