Capítulo 1.34 America School

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El fatídico día de la pela de mi nuevo instituto contra mi antiguo instituto por fin llego y tenía muchos nervios y miedo. Mi corazón latía de forma precipitada y Abby me guiaba mientras que yo solo la seguía. No me sentía con el valor de decir una palabra o de hacer algo.

—¿Por qué estás nerviosa? — me pregunto cuando nos dirigíamos al bus que nos llevaría al lugar.

Nick y sus amigos ya se encontraban en ese lugar. Pero Abby y yo teníamos que esperar con los demás estudiantes para poder llegar. Así que el bus de la escuela llevaba a todos los que quisieran ir a acompañar al equipo.

Tenía puesto un pantalón de sudadera negra y la camisa del colegio, por lo que el verde con negro resaltaba en mi atuendo. Me había arreglado mi cabello con una cola alta y un moño verde y Abby me había maquillado un poco, donde me realizo las mismas banderas que Candas me había hecho.

—No quiero ir a ese sitio — le dije de forma nerviosa mientras avanzábamos al bus.

—Entonces no vayamos — me dijo deteniendo su caminata.

—No quiero dejar solo a Nick. Es su pelea final y ganará el trofeo — le afirmé, pues si de algo estaba seguro era de que ganaría —. Así que quiero acompañarlo — le dije de forma pensativa.

No me sentía preparada para enfrentar a mis acosadores, pero no quería dejar solo a Nick. Él siempre había manifestado su entusiasmo y alegría cuando lo acompañaba en cada pelea y yo quería ser su apoyo incondicional. Así que, a pesar de mis miedos e inseguridades, termine por tomar el valor para avanzar.

—Entonces vamos — me dijo Abby tomándome de la mano.

Cuando subimos al bus todo estaba completamente lleno. Abby solo suspiro mientras tomaba la delantera para empezar a buscar un lugar.

—Alana, hazte aquí — me dijo Miguel, uno de los compañeros más cercanos de Nick.

Miguel se corrió y dejo el puesto de adelante libre para Abby y para mí. Así que avanzamos y nos ubicamos.

—Gracias — le dije con una sonrisa y él asintió, mientras empezaba a irse hacia la parte de atrás.

Abby se sentó con una gran sonrisa y saco su teléfono para tomarnos una foto. Ella estaba muy emocionada con la pelea.

—Me encantan los lujos y privilegios que me ofrece tu amistad — me dijo con una gran sonrisa. Mientras miraba como la fila para encontrar puesto incrementaba.

—No es cierto — le dije con una sonrisa tímida.

—Loes — me afirmo —. O crees que estos nos hubieran guardado este puesto si no fuera porque eres novia de Nick — me aseguro con diversión.

—Solo es un puesto — le aseguré con una sonrisa.

—Déjame disfrutar — me dijo soltando una gran carcajada.

—Si mandona — le termine por decir siguiendo su risa.

—Un poco — aseguro y yo solo me reí más.

Abby era una mandona, en toda la extensión de la palabra. Le encantaba dar órdenes y que obedecieran. Me daba risa cuando iba a entrevistar a las porristas del colegio y ellas solo la esquivaban, pues no entendía sus preguntas cargadas de sarcasmo y burla. Así que cuando le dejaron de ofrecer entrevistas, termino por obligar a todo el equipo de futbol para que las ignoraran. Obviamente, la ayuda de su hermano fue necesaria para tal fin. Cinco días después, Abby recibió más entrevista que cualquiera y puedo escribir su columna deportiva para el periódico de la escuela.

6.El Alfa ImplacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora