Capítulo 1.13 El amanecer

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Nick me tomo de la cintura de forma suave y me empezó a guiar por toda la discoteca, donde tomaba fotos de muchas de las bebidas o de las personas en la pista de baile. Nunca había estado en un lugar así, pero me agradaba poder tomar fotos diferentes a la clínica.

Nick era un excelente anfitrión, me mostraba todos los lugares lindos del espacio o que servían para tomar fotos debido a su ambientación y me daba mi tiempo para poder tomar las fotos sin dificultad. Justo como ahora que le tomaba fotos a un mural de los años 70 donde las personas siempre posaban y se reían. Un grupo de amigas empezó a reírse con diversión, por lo que empecé a tomar fotos de su actitud relajad.

—¿Por qué tu reloj alumbra, dulzura? — dijo Nick mientras se acercaba a mí y me susurraba al oído.

—Es que tengo que comer algo — le dije mientras miraba mi reloj que señalaba la hora de la comida. Mi mamá lo había puesto para que no se me olvidara.

—¿Qué quiere y te lo consigo? — me aseguro tomándome de la cintura.

—Lo que sea, pero que tenga pollo o carne — le dije en tono suave.

—Vamos a ver — termino por indicarme mientras me guiaba hacia la barra.

Nick llegó a la barra y termino por llamar al encargado para después decirle algo. Pero debido al volumen de la música no escuche. El hombre se fue y posteriormente volvió.

—Te puedo conseguir unos ricos Tunnbrodsrulle de pollo — termino por decirle.

—¿Quieres eso, dulzura? ¿O podemos salir a conseguir algo más? — me aseguro con determinación. Él era tan lindo y no solo físicamente sino en sus sentimientos. Cada vez que era detallista conmigo, yo solo sentía que mis maripositas en el estómago crecían más y más.

—Está bien para mí — le dije con una sonrisa y él me sonrió.

—Estamos en la mesa 11 de la zona Vip — le termino por decir al encargado.

—Ya se los llevo. ¿Quieres algo de beber? — termino por preguntarme el señor.

—Una soda — le dije suave.

—Preparamos unas sodas con frutas deliciosas. La que más gusta es la de frutos — rojos — termino por decirme.

—¿Quieres? — me pregunto Nick.

—Sí — le dije y él asintió.

—Lo esperamos en la mesa y cárguelo a mi cuenta — le dijo y el hombre asintió.

Nick terminó por tomarme de la cintura y guiarme hacia las escaleras de la zona VIP.

—Entonces te debo a ti — le menciones, pues él había mencionado que todo lo cargaran a su cuenta. Nick detuvo su caminata y me volteo a mirarme de forma serena.

—No, dulzura. No me debes nada, quiero que esa linda cabecita tuya entienda que cuando estés conmigo lo único que tienes que hacer es pedir y yo me encargo de complacerte — me aseguro con determinación y yo solo sentí como algo me estrujaba mi corazón.

—¿Por qué? — le pregunte en susurro.

—Porque me gustas. Me pareces la persona más interesante, linda y tierna que conozco y solo tengo unas inmensas ganas de protegerte y cuidarte — menciono y yo solo sentí como mi respiración se cortaba.

No podía creer que le gustara al chico de mis sueños. Pero está aquí en este lugar, él me estaba confesando que le gustas y no solo eso, también menciono que le parecía linda. Yo solo terminé por sonreírle de forma nerviosa y Nick dejo un suave beso en mi frente y después seguimos nuestro camino hacia la mesa.

6.El Alfa ImplacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora