Capítulo 2.1 De vuelta a la realidad.

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Empezamos con la segunda. Espero que la disfruten mucho

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Después del juicio mamá inicio la conversación que hace mucho estaba postergando. Mis padres me miraban con mucha intriga, intentando entender el porqué de mi silencio. Mi papá, ya sabía la verdad y aunque no se lo tomo muy bien. Su corazón pudo resistir su fuerte impacto.

—¿Por qué? — me pregunto mamá después de que les volví a contar todo para aclarar sus dudas.

—No creí que me creerías — le dije con disculpa.

—Alana, eres mi hija, claro que te creería a ti — me aseguro mi mamá con urgencia.

—Te veías tan feliz cuando estaba con Tobías y él siempre te decías cosas y tú terminabas accediendo con facilidad — le aclare, pues ella siempre se dejó deslumbrar por las artimañas de Tobías.

—Lamento haber fracasado como madre — me aseguro en tono melancólico.

—No digas eso Selma — le solicito papá consolándola.

—Fui una excelente profesional — aseguro con reproche.

—Una esposa ejemplar — le dijo mi papá en tono cariñoso.

—Pero falle en uno de mis papeles más importante. No fui una buena madre para mis hijos — dijo con mucho dolor y sufrimiento, mientras se derrumbaba en llanto.

—Selma — le dijo papá con melancolía.

—Mi anticuada manera de pensar me cegó tanto, que hice mucho mal y ahora me está cobrando contigo — me aseguro con mucho dolor y remordimiento.

—Pero yo estoy bien — le dije en tono tranquilo. Tratando de tranquilizarla.

A pesar de que me dolía el sufrimiento de mi madre. Había aprendido a sobrellevar el dolor y ya tomaba las cosas con más tranquilidad.

—Pero porque yo te encontré a tiempo o si no. No estarías aquí — aseguro con angustia. Mientras recordaba cuando me había encontrado tendida en el suelo de mi habitación.

—Gracias mamá. Creo que ahora que veo la vida con más claridad me doy cuenta de que siempre me fije en lo malo y no en todo lo bueno que tenía — le asegure con agradecimiento.

En su momento no me alegre de estar viva. Pero ahora lo apreciaba mucho, mi vida había mejorado drásticamente y ahora me sentía más fuerte y segura de mí misma.

—Mi Alana — me dijo mi mamá envolviéndome en sus brazos.

—Te queremos, eso nunca lo dudes — aseguro mi papá envolviéndonos a las dos en el abrazo.

—Gracia. Ya voy a Dormir. Fue un día largo — les dije retirándome de ellos.

—Si ve y descansa — me aseguro con cariño.

Me despedí de mis padres y me fui directo a mi habitación, donde me sorprendí cuando sentí la suave brisa de la noche entrando por mi balcón.

—Nick — le dije con sorpresa cuando lo vi sentado en mi cama.

—Dulzura — me dijo feliz, mientras se ponía de pie y yo corría a sus brazos.

—¿Cómo entraste? — le dije con emoción.

—El balcón — me aseguro señalando el lugar con su cabeza.

—Cierto — le dije feliz volviéndolo abrazar.

6.El Alfa ImplacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora