Alana
Nunca la vida me había parecido tan dura como ahora. No me sentía a gusto en ningún lado y por más que lo intentaba no lograba sonreír, solo lo hacía de forma tensa cuando me encontraba con mis papás o hermanos para que no sospecharan que por mucho que me lo proponía no era feliz.
¿Pero qué era la felicidad? Si me ponía a investigar, la describían como un estado de ánimo o emoción en el que una persona se sentía plenamente satisfecha, pero no entendí, satisfecha, ¿de que?, también decían que se disfruta de algo bueno, pero hace mucho no me ocurría nadaba bueno.
Es por esto que las paredes blancas de la habitación, acompañados con el pitido de las máquinas, me hundían en la almohada, pues escucharlas era lo único que no quería. Las flores que había traído mi madre para decorar la habitación ya se habían marchitado y el olor de flores muertas era más perceptible.
—¿Quiero saber que ocurrió? —me dijo mi hermano Nicolás ingresando a la habitación y revisando que mi suero se encontrara bien.
—Ya te dije que solo quería dormir—le dije de forma suave esquivando su mirada.
Él solo me detalló con su semblante serio y me observaba con la claridad de sus ojos azules turquesa. Mi hermano era tan diferente a mí, él era rubio, con una estatura de 1.90, un cuerpo fornido y una sonrisa tranquilizadora. Era por eso que era neurólogo especialista en cuidados intensivos y muchos otros títulos que lo convertían en el doctor más joven y experto de la clínica de mis padres y el único capaz de dirigir la clina sin inconvenientes.
Por otro lado, yo era delgada, cabello rubio natural acompañado de unos ojos avellana con toques azules. No tenía nada que resaltara o llamara la atención.
—Si a dormir, te refieres, con destruirte parte del tubo digestivo, entonces dormir no es una opción para mí—me dijo de forma seria.
—No es eso—le dije con los ojos aguados esquivando su mirada.
—Entonces dime. Llevamos 3 meses, aquí, uno intentando que despertaras y 2 tratándote donde tienes: un gran daño hepático, tu sistema digestivo se ve implicado por completo. Tienes hipoglucemia, propensa a hiperventilación y diátesis hemorrágica—me dijo con preocupación sentándose en la cama y tomándome la mano.
—¿Es grave? —le dije en tono melancólico.
—Muy grave—me aseguro con nostalgia.
—Lo lamento. Yo solo quería morir—me atrevía a decirle mientras apretaba su mano.
—¿Por qué? —me preguntó con remordimiento.
—No me siento bien aquí—le dije en tono apagado.
—¿Mis papás? ¿Ben? ¿Wendy? ¿Yo? —me dijo con desespero.
—No, ustedes, no —le dije rápido y con susto de que pensara que ellos eran los culpables de mi decisión.
—¿Entonces? —me preguntó.
—El colegio—le dije de forma pausada.
—¿Te hicieron algo? —me preguntó con recelo.
—No me siento bien allá—le dije soltando su mano y acostándome en la cama.
—¿Por qué no me dijiste? —me dijo en tono molesto y preocupado.
—Le dije a mamá, pero ella dijo que todos ustedes se habían graduado de allá—le dije en tono suave, pues hace mucho le había insistido que me cambiara de colegio, pero ella no había accedido.
—Lamento ser un pésimo hermano mayor y estar tan ocupado con mis problemas que no me di cuenta de que te lastimaban—me dijo de forma mortificada, revelándome con esas palabras que él sabía todo, pero solo quería escuchar que corroborara todo con mis palabras.
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6.El Alfa Implacable
WerewolfNick Manrique Walsh, es el menor de sus seis hermanos. Alguien dulce, amigable, sociable y con un gran atractivo físico, que lo cataloga como el hombre perfecto. Bueno eso es lo que piensan todas las chicas del instituto o cualquiera que lo conozca...