•Capítulo 81•

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Zhao Cai fue arrojado al suelo, y Xiao Bao, haciendo caso omiso de sí mismo, corrió apresuradamente hacia Zhao Cai, pero fue detenido por Huai En.

Huai En sujetó la cintura de Xiao Bao y dijo solemnemente: — Me lo llevo. — Después de decir esto, saltó con Xiao Bao. Justo cuando el cuerpo de Xiao Bao abandonó el suelo, un sonido amenazador provino del agujero del tejado. Su Yin y Jin Bao saltaron uno tras otro, la enorme presión del aire dificultaba la técnica de cuerpo ligero de Huai En. Mientras cambiaban de dirección en el aire con Xiao Bao, su velocidad era demasiado lenta para evitar el golpe frontal, por lo que Huai En no tuvo más remedio que aterrizar de nuevo en el suelo.

Tan pronto como aterrizaron, Huai En retrocedió rápidamente varios metros con Xiao Bao, y con una fuerte explosión, el lugar donde había estado de pie fue cortado en un gran agujero por la energía de la espada.

Jin Bao, al aterrizar, corrió hacia Zhao Cai como una flecha, levantando a Zhao Cai sobre su hombro. En ese momento, Que Siming también entró tranquilamente por la puerta principal, y Jin Bao colocó rápidamente a Zhao Cai a su lado.

Su Yin apuntó con la punta de su espada a Huai En. —¡Suelta a Xiao Bao ahora, y te dejaré ser un cadáver entero!

Huai En resopló fríamente, sujetando a Xiao Bao con un brazo y desenvainando su espada con el otro. — Xiao Bao es mío, y me lo llevo.

Su Yin puso cara de asco y desprecio, como si hubiera oído la cosa más repulsiva del mundo. Pateó con frustración una mesa que tenía delante y se mofó: —¿Tuyo? Eres tan iluso como tu padre, que sigue pensando que el gobierno de la iglesia es suyo.

Huai En respondió fríamente: — Quién sea el dueño del gobierno de la iglesia no tiene nada que ver conmigo, y tampoco importa la iglesia a partir de ahora. Sólo quiero llevarme a Xiao Bao.

— ¿Quieres llevártelo? ¿Está de acuerdo con eso?

Huai En miró a Xiao Bao temblando continuamente en sus brazos, su corazón se hundió.

Viendo la condición de Xiao Bao, Su Yin casi estalló de ira, y preguntó ansiosamente: — Xiao Bao, ¿qué te pasa, es...?

Xiao Bao levantó una cara pálida, logró mirar débilmente a Su Yin, entonces sus rodillas se doblaron y se arrodilló en el suelo, acurrucándose en una bola, su cuerpo temblando como un colador, claramente visible incluso a través de su grueso abrigo de piel.

— ¡Xiao Bao! — Su Yin gritó y corrió hacia delante, mientras Huai En se convertía instantáneamente en una sombra blanca. Los sonidos de las espadas chocando resonaron incesantemente, llenando el vestíbulo de la pequeña posada con un estallido de luz plateada y gritos furiosos.

Era la primera vez que ambos cruzaban sus espadas. Su rencor venía de lejos, y ambos albergaban un profundo resentimiento. En ese momento, ambos estaban dándolo todo, ninguno dispuesto a ceder un ápice, lo que hacía que la lucha fuera ferozmente implacable.

En un duelo entre expertos, la concentración total era esencial; incluso un momento de distracción podía ser fatal.

Jin Bao se dio la vuelta para ver a los dos luchando, y se dio cuenta de que su Joven Maestro ya estaba acurrucado en el suelo...

Jin Bao gritó e inmediatamente corrió hacia Xiao Bao.

Viendo como Jin Bao se abalanzaba sobre él, a Huai En no pudo importarle menos la apretada ofensiva de Su Yin. Apretó los dientes, hizo una finta (1), esquivó una espada y cargó hacia Xiao Bao.

(1) amago, engañó.

Huai En era increíblemente rápido, su postura amenazaba a cualquiera que se atreviera a tocar a Xiao Bao, lo haría pedazos. Jin Bao estaba concentrado únicamente en alcanzar a Xiao Bao, sin tiempo para contrarrestar a Huai En.

•Blooming Flowers, Silent Sorrow• Traducido al español. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora