•Blooming Flowers, Silent Sorrow• Traducido al español.

•Capítulo 12•

En ese momento, nadie había esperado que Cheng Yaojin surgiera de la nada.

Ambos, conscientes de sus graves heridas y temiendo cualquier imprevisto, saltaron apresuradamente hacia atrás.

Tras una inspección más minuciosa, resultó ser un adolescente regordete que salía de entre los arbustos, dando tumbos y revolviéndose por el camino. Incluso tropezó dos veces, blandiendo una deslumbrante espada larga, corriendo todo el camino hasta el lado de Huai En.

— Señorita Zheng, ¿estás bien? Es culpa mía por llegar tarde. No tengas miedo, ¡déjamelo todo a mí! — Xiao Bao, con el rostro lleno de tierna preocupación, pronunció palabras tranquilizadoras con expresión estoica, aunque las piernas le temblaban de miedo.

Huai En luchó por abrir los ojos, mirándole algo desconcertada, su mirada dispersa se fue aclarando poco a poco.

Xiao Bao se dio la vuelta para protegerla, apuntando heroicamente con su espada, erguido a pesar de que su tembloroso brazo derecho delataba su miedo.

— Maldita sea, nunca me había dado cuenta, pero esta espada es demasiado pesada. ¡Vale la pena! Maldita sea, vale cada céntimo gastado. Incluso si la vendiera como chatarra, inclinaría la balanza.

El rostro del jefe se llenó repentinamente de ira, pero al ver la fina espada, inseguro de su peso, no se atrevió a actuar imprudentemente. — Chico, ¿quién te crees que eres?

— Soy el líder junior de la Pandilla del Dinero de Jiangnan. Y esta persona de aquí es mi futura esposa. Si sabes lo que te conviene, ¡¡¡no te metas con la Pandilla del Dinero!!! — Su voz temblaba mientras hablaba.

Ambos hombres se quedaron momentáneamente atónitos, y luego estallaron en extrañas y desagradables carcajadas.

— ¿Futura esposa? ¿Futura esposa? Jaja, chico, ¿estás loco...? ¿Sabes quién...? — El jefe hizo un gesto con la mano para silenciar a la mujer.

Sus ojos brillaban mientras miraba a Jin Xiao Bao. — ¿El líder junior de la Pandilla del Dinero? ¿Esa rica Pandilla del Dinero?

— Sí, así es. — Xiao Bao rebuscó en su bolsillo y sacó un fajo de billetes, extendiéndolo temblorosamente. — Esto son doscientos mil taels de plata. Si se marchan inmediatamente, todo esto es suyo.

Los dos hombres se sorprendieron una vez más. No había sacado los billetes antes, pero ahora que lo había hecho, ambos sabían que tenía miedo. La Pandilla del Dinero ocupaba una posición importante en el mundo marcial, famosa por su inmensa riqueza. Sin embargo, era bien sabido que la Pandilla del Dinero carecía de verdadero talento marcial. Todo, desde sus miembros hasta sus ejecutores e incluso sus aliados, se compraba con dinero. Supusieron que este líder junior de la Pandilla del Dinero probablemente tampoco tenía mucha habilidad.

Entrecerraron los ojos ante el fajo de billetes, con una codicia innegable. Después de todo, ellos también habían arriesgado sus vidas por dinero cuando sirvieron al Príncipe Shen. Pero tampoco podían dejar marchar a Huai En sin más; de lo contrario, se enfrentarían a graves consecuencias por parte del Príncipe Shen, quizá incluso a una muerte espantosa.

El jefe tendió la mano a Xiao Bao. — Chico, entrega los billetes.

Xiao Bao miró fijamente la mano áspera y callosa, tragando saliva nerviosamente, demasiado asustado para acercarse. — ¿Te... irás después de agarrar el dinero?

La anciana se acercó contoneando las caderas. — Entrega los billetes. — En un abrir y cerrar de ojos, los billetes estaban en sus manos.

— Jefe, es real, doscientos mil taels. — A pesar de estar cubierta de heridas, los ojos de la anciana seguían brillando de emoción mientras miraba los billetes.