•Capítulo 44•

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Debido a la acción de los manantiales geotérmicos, el suelo cercano al agua de la cueva estaba todo caliente.

La superficie del agua seguía envuelta en una espesa niebla, y dos personas yacían desnudas junto al manantial.

Xiao Bao estaba tumbado de lado, jugando con el pelo húmedo de Huai En, admirando su postura perezosa después de 'comer y beber'. (Doble sentido taran taran.)

Huai En entrecerró los ojos e inclinó ligeramente la cabeza, mientras su mirada recorría el rostro de Xiao Bao. Sus ojos, velados por la humedad, eran serenos y cautivadores, parecían no tener fondo.

Xiao Bao a menudo se quedaba hipnotizado por su belleza, perdiendo el alma por ella, y ahora no era una excepción. Estaba demasiado agotado para moverse, pero aún podía mover los ojos, así que sonrió descaradamente a Huai En.

Huai En se rió de su aspecto travieso y alargó la mano para pellizcarle la cara y tirar de ella hacia arriba.

— Ouch, ouch, eso duele. — Xiao Bao se frotó la carne de la cara y, de repente, todo se oscureció mientras Huai En se medio tumbó encima de él.

Xiao Bao le empujó nerviosamente. — Acordamos no volver a hacerlo, realmente no puedo soportarlo más.

Huai En apoyó su cara en el cuello de Xiao Bao, rodeándole con un brazo y una pierna. — No lo haré, déjame abrazarte un rato.

Xiao Bao abrió los brazos para abrazar a Huai En, frotándole la frente con la punta de la nariz, rebosante de ternura y amor.

Suavemente, sin ningún deseo carnal, acarició la espalda de Huai En, esa sensación...

De repente, Xiao Bao se incorporó, apartó el largo pelo de la espalda de Huai En, y ésta, incapaz de esquivar a tiempo, sólo pudo observarle en silencio.

Los labios de Xiao Bao temblaban: — Por qué... cómo...

En la no tan ancha espalda de Huai En había cicatrices entrecruzadas, tanto profundas como superficiales. Aunque curadas, dejaban marcas indelebles, aferrándose grotescamente, haciendo que los ojos de Xiaobao escocieran de dolor.

— ¿Cómo te las hiciste? ¿Quién te golpeó? Tu cuerpo también, ¿por qué tantas heridas? Eres tan joven, ¿quién te ha hecho esto?

Huai En empujó al tembloroso Xiao Bao de nuevo al suelo, enterrando su cara en su cuello, abrazándolo con fuerza, y dijo suavemente: — No es nada, sólo cosas de la infancia.

— ¿De la infancia? ¿Cómo de infancia? ¿Por qué te pega así?

Huai En guardó silencio durante un rato antes de hablar con indiferencia, como si no hablara de sí mismo: — Mi padre, por no progresar en el entrenamiento, por no cumplir los objetivos, no es nada, sólo heridas superficiales.

— ¿Son heridas superficiales? — Xiao Bao le abrazó, acariciando suavemente su espalda, sintiéndose apenado. Su nariz hormigueaba, sus ojos se calentaban y las lágrimas rodaban.

— Xiao Bao...— Huai En, al ver sus lágrimas, quedó momentáneamente aturdido. — No llores, probablemente no pueda vencerme ahora, también es su mérito en cierto modo.

— Es tu padre, cómo puede un padre ser tan cruel.

Huai En rió extrañado. — Mi relación con él... definitivamente no es como la tuya con tu padre, no lo entenderías.

Xiao Bao besó la frente de Huai En unas cuantas veces. — Siempre cuidaré bien de ti, nunca dejes que otros te intimiden, ya nadie podrá vencerte.

Huai En cerró los ojos, oliendo en silencio el cálido y agradable aroma de su cuello, asintiendo suavemente.

•Blooming Flowers, Silent Sorrow• Traducido al español. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora