•Blooming Flowers, Silent Sorrow• Traducido al español.

•Capítulo 27•

Xiao Bao miró la expresión feroz de Huai En, rompiendo en un sudor frío. No podía escapar ni pedir ayuda. Si fuera a encontrar su fin en su propio territorio, ¿no sería eso la máxima injusticia?

Huai En reflexionó durante largo rato, incapaz de decidir la forma más apropiada de tratar con él. Aunque tenia a su disposicion incontables metodos de tormento, ninguno parecia apropiado para Jin Xiao Bao, al menos no ahora. Mirando a su alrededor en busca de algo que utilizar, de repente sintió movimiento a sus espaldas. Instintivamente, se giró y detectó un extraño aroma en el aire, tenue pero perceptible. Al darse cuenta demasiado tarde, contuvo la respiración, pero ya era demasiado tarde. Inhaló una bocanada, sintió que sus miembros se debilitaban y tropezó hacia atrás hasta sentarse en el suelo, mirando a Xiao Bao con sorpresa y furia.

Xiao Bao se levantó del suelo, triunfante. Rápidamente liberó su propio punto de acupresión, pensando en todos los agravios que había soportado. Quería dar una patada, pero mirando la cara de Huai En, que atormentaba sus sueños, no se atrevía a hacerlo. Quería abofetearle como venganza, un día que había esperado durante mucho tiempo, pero no se atrevía a golpearle. En lugar de eso, frotó ferozmente la cara de Huai En, como si intentara satisfacer todos sus anhelos en un solo toque, con una expresión cargada de urgencia.
Huai En temblaba de rabia, incapaz de hablar.

Después de un momento de indulgencia, llenando el vacío dentro de su alma, Xiao Bao lo miró, el miedo y la ansiedad comenzaron a filtrarse en su corazón.
Realmente no sabía cómo Huai En planeaba vengarse. Basado en experiencias pasadas, seguramente terminaría mal para él. En un momento de desesperación, había liberado el Polvo de Parálisis Mística del Zodiaco. Huai En nunca esperó que Jin Xiao Bao se atreviera a resistirse, por lo que le pilló desprevenido.

Nunca tuvo realmente la intención de hacerlo, ni se atrevió; fue sólo un pensamiento. Pero cuando fue empujado al límite, actuó... Ahora, Huai En yacía impotente a sus pies. ¿Podría levantarlo, meterlo en la cama, cerrar la puerta y marcharse? ¿Seguiría siendo un hombre?

Pero, ¿debería realmente hacerlo? El corazón de Xiao Bao latía con fuerza mientras sus deseos reprimidos durante tanto tiempo pedían a gritos ser liberados. Sentía que no podía superar esta tentación, prefiriendo la muerte a perder esta oportunidad.

La mirada de Huai En podría haber quemado dos cráneos en el cuerpo de Xiao Bao en este momento. No se atrevió a moverse ni una pulgada, concentrándose en canalizar su energía para expulsar el veneno que había ingerido lo más rápido posible. Entonces, se juró a sí mismo, haría pedazos a Jin Xiao Bao, ¡lo mataría!

Los dos se miraron en silencio durante un buen rato.
Xiao Bao finalmente se decidió con una mirada de pura determinación, como si éste fuera el momento más trágico de su vida.

Se dirigió a la puerta, la abrió y llamó a Zhao Cai, dejándole bien claro que debía vigilar el patio con diligencia, sin permitir que nadie se acercara o entrara al oír cualquier ruido. En realidad, era una precaución excesiva, ya que Huai En nunca se rebajaría a pedir ayuda a nadie. La idea de ser vencido por Jin Xiao Bao era más humillante que la propia muerte. Sin embargo, cuando Huai En consideró las intenciones de Xiao Bao detrás de sus acciones, realmente dudó.

Xiao Bao levantó a Huai En y lo colocó sobre la cama, sus ojos ardían con un deseo frenético que conmocionó a Huai En, quien airadamente replicó: — ¿Qué crees que estás haciendo? ¿Qué te atreves a hacer?

— Huai En, al principio no quería hacer esto; me has obligado... Yo...

— ¡Presuntuoso! Desvergonzado, vete ahora.

— Huai En, la forma en que me trataste la última vez, no te culpé. Pero el amor es entre dos personas; no puede ser sólo una persona la que se divierta. Te he echado de menos durante mucho tiempo, lo sabes. Siempre me has gustado...— Mientras hablaba, su mano empezó a moverse, deslizándose por el costado de la cintura.