•Capítulo 116•

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El vestíbulo principal tenía ocho grandes puertas, cuatro principales y dos laterales a cada lado, lo que proporcionaba un amplio campo de visión.

Desde lejos, varias personas pudieron ver una esbelta figura de pie, con las manos a la espalda, que inclinaba ligeramente la cabeza para mirar la rica pintura de peonías de la pared central del vestíbulo.

Al oír pasos, se dio la vuelta.

El corazón de Xiao Bao dio un vuelco. Esta persona... se parece a...

El hombre era alto y grácil, con un rostro apuesto y extraordinario, un temperamento gentil y elegante. Tenía una cara sonriente y un aire de verdadero caballero, haciendo que la gente se sintiera favorable hacia él.

Su Yin hizo un gesto a Xiao Bao y Huai En para que se acercaran, diciendo: — Vengan a conocer al Tercer Príncipe.

Xiao Bao comprendió de repente. No es de extrañar que se pareciera tanto al Príncipe Shen. Se dice que el Tercer y Cuarto Príncipe eran hermanos de la misma madre.

Xiao Bao se apresuró a inclinarse, como si estuviera a punto de arrodillarse.

El Tercer Príncipe, Zong Zheng Qi Yuan, agitó su mano con una sonrisa. — Ah, saltémonos estas formalidades, no es como si estuviéramos en palacio.

Sólo entonces Xiao Bao se enderezó, sintiéndose mucho más relajado.

Tener a un digno Príncipe esperando en casa era un poco abrumador para su corazón.

Aunque este Príncipe parecia amistoso, incluso su voz era tan refrescante como una brisa primaveral, seguia siendo un Príncipe despues de todo. ¿Puede un tigre que sonríe no morder? Por otra parte, él no sabía el propósito de esta visita.

Xiao Bao secretamente rompió en un sudor frío.

Sólo Huai En se mantuvo erguido de principio a fin, sin mostrar ninguna intención de arrodillarse, hasta que Zongzheng Qiyuan le sonrió.

Se limitó a asentir en señal de reconocimiento.
Zong Zheng Qi Yuan lo escrutó de pies a cabeza, maravillándose: — Tan parecidos, realmente parecidos. En aquel entonces, durante el banquete ofrecido por la Princesa Xue, su mirada y su sonrisa asombraron a muchos parientes imperiales y nobles. Aunque yo era joven entonces, también me encapriché de la belleza de la Princesa Xue. Por desgracia, la belleza es efímera (1)... Sin embargo, en esta vida, tengo la suerte de volver a ver este rostro, lo que puede considerarse la resolución de un gran pesar mío.

(1) momentáneo.

En general, a Huai En no le gustaba que los demás hicieran comentarios sobre su aspecto. No fue su elección tener este aspecto, ni tampoco haber nacido como hijo de la Princesa Xue. Mucha gente se fijaba en su madre, lo que le hacía sentirse muy molesto.

Zong Zheng Qi Yuan pareció percibir su disgusto, pero permaneció imperturbable. Sonrió e hizo un gesto: — Por favor, siéntense todos.

Todos se sentaron.

Zong Zheng Qi Yuan tomó un sorbo de té, miró a Huai En, luego a Xiao Bao y sonrió: — ¿Es este el Joven Maestro Jin?

Xiao Bao se sobresaltó y se levantó rápidamente, haciendo una reverencia: — Sí, Alteza, soy yo.

— Ah, por favor, siéntate, no estés nervioso.

Sólo entonces Xiao Bao se sentó.

Zong Zheng Qi Yuan se dirigió entonces a Huai En y le dijo: — Sobrino, la razón por la que he venido esta vez está en realidad relacionada con tu segundo hermano.

•Blooming Flowers, Silent Sorrow• Traducido al español. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora