•Capítulo 19•

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— ¿Quién era esa persona, y sabes por qué estaban siendo perseguidos?

— No sé quiénes son...— El rostro de Xiao Bao se ensombreció y se quedó callado.

Su Yin le fulminó con la mirada. Más allá de ser mundano e incompetente, otro defecto de Xiao Bao que obligaba a Su Yin a despreciarle era su naturaleza lasciva.

Desde muy joven, Xiao Bao se había encaprichado con perseguir a las mujeres hermosas, mostrando un comportamiento ansioso y desvergonzado que Su Yin encontraba despreciable. Xiao Bao perdía todo sentido de la orientación ante la visión de la belleza. Su juicio, ya de por sí lamentable, parecía reducirse a cero cuando se enfrentaba al encanto, lo que provocaba las nefastas consecuencias de su imprudente indulgencia.

Al escuchar las palabras de Xiao Bao y recordar los rumores sobre la belleza de la persona que Xiao Bao había traído de vuelta a la ciudad de Suzhou, el rostro de Su Yin se alargó con frustración.

— ¿Acaso valoras tu vida? ¿Te atreves a mantener a tu lado a una mujer tan misteriosa? Zhao Cai me ha dicho que mató a mucha gente la noche que la encontraste. ¿Podría ser algo más que un problema? ¡¿Te ha crecido algo de cerebro entre tanta carne?! — Al final de su perorata [1], Su Yin estaba pellizcando la cabeza de Xiao Bao de pura exasperación. Xiao Bao, que se sentía castigado y parecía un nieto arrepentido, no pudo defenderse. Reflexionando sobre su desgracia de perder a la mujer y enfrentarse a las consecuencias, sintió que realmente se lo merecía. Su Yin tenía razón; su habitual pusilanimidad [2] se había convertido en imprudencia bajo el hechizo de la belleza, metiéndole en problemas, y todo por su maldita culpa.

[1] Discurso o razonamiento, generalmente pesado y sin sustancia.

[2] La RAE define a un pusilánime como alguien que carece de valor y ánimo para tolerar desgracias o para intentar cosas grandes. También se refiere a alguien que carece de ánimo y valor para tomar decisiones o afrontar situaciones comprometidas. 

Después de desahogar su frustración durante un rato, Su Yin se calmó y preguntó si Xiao Bao sabía quién le perseguía.

Por supuesto, Xiao Bao no tenía ni idea, pero por lo que vio al llegar al lugar, los que se enfrentaban a Huai En eran claramente del jianghu (mundo marcial), lo que le hizo suponer que se trataba de una enemistad del jianghu. Compartió su análisis con Su Yin.

Su Yin, tras preguntar cuidadosamente por las características de aquellos hombres y correlacionarlo con la información que había obtenido de Wuying Guai Molu sobre los cadáveres que había rastreado e inspeccionado por el camino, sintió que sus sospechas se confirmaban. Muchas pistas antes dispares empezaron a conectarse rápidamente en su mente.

— ¿Te encontraste con el Rey Shen después de ver la obra?

— Ah, sí, eso me dio un susto de muerte. Ese viejo lascivo se encaprichó de mi persona.

Su Yin le fulminó con la mirada de nuevo, haciendo que Xiao Bao evitara incómodo su mirada, dándose cuenta de su jactancioso error.

— ¿Qué dijo el Rey Shen en ese momento?

— ¿Qué podía decir? Estaba decidido a atraer a Huai En a su residencia.

Parecía que el Rey Shen no estaba dispuesto a sobresaltar a la serpiente golpeando la hierba.

Su Yin asintió, cambiando de tema: — Descríbeme a esta Huai En. ¿Qué clase de persona es?

Xiao Bao, aún perdido en su gran ilusión de competir con un miembro de la realeza por el afecto, fue bruscamente devuelto a la realidad por la pregunta de Su Yin. Oír ese nombre le hizo estremecerse, su rostro palideció al instante y luego se ruborizó.

•Blooming Flowers, Silent Sorrow• Traducido al español. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora