•Capítulo 58•

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Llevaba en la cabeza una corona de oro púrpura incrustada de tesoros y vestía una túnica verde oscuro con mangas de flecha. De su cintura colgaba un largo cinturón palaciego de borlas, del que pendía una pieza de exquisito y transparente jade, que lo marcaba como una persona de suprema identidad y nobleza. Su sonrisa, siempre portadora de un toque de desdén despreocupado y un aire deliberadamente coqueto, incluso las finas arrugas de las comisuras de sus ojos destilaban un porte arrogante pero reverenciado.

Los padres de Xiao Bao soltaron un grito ahogado: —Príncipe....Shen...

La persona que había llegado no era otro que el tercer hijo del emperador Jiayun, el príncipe Shen Zongzheng Li Han.

Xiao Bao sintió un pánico implacable. Sólo ahora se dio cuenta de que la asistencia del Príncipe Shen a la ópera no se debía a su interés por ninguna belleza, sino porque ya sabía quién era Huai En. Su visita esta vez debía estar relacionada con Huai En, ya que compartían el mismo apellido. Y en el fondo, Xiao Bao había empezado a especular sobre la verdadera identidad de Huai En.

El Príncipe Shen salió de entre las sombras, seguido en silencio por dos guardias vestidos de negro, ejerciendo una presión tácita.

Xiao Bao se abalanzó sobre los barrotes de la prisión, olvidando todo decoro mientras gritaba: — ¡¡¡Quién es!!! Dímelo.

El Príncipe Shen respondió con una sonrisa burlona: — Oh, joven maestro Jin, ¿cómo has estado? ¿Disfrutando de tu belleza? ¿Disfrutaste de su mutua compañía?

El Viejo Maestro Jin tiró de Xiao Bao hacia atrás, reprendiéndole suavemente: — Xiao Bao, no seas irrespetuoso. — Después de hablar, también se arrodilló para presentar sus respetos.

El Príncipe Shen agitó la mano con desdén, diciendo: —En las circunstancias actuales, no hay necesidad de tales formalidades, Viejo Maestro Jin. ¿O es sólo la fuerza de la costumbre para ti?

El rostro del viejo maestro Jin se tornó ceniciento: — Este humilde tiembla de miedo ante el Príncipe Shen, sin saber por qué el Príncipe Shen le haría gracia...

El Príncipe Shen interrumpió al Viejo Maestro Jin con una risa fría y burlona.

— En efecto, el Viejo Maestro Jin está asustado. No ha podido ver a la persona que quería ver, pero en su lugar, ha sido recibido por mí. Tengo bastante relación con la familia Jin, y en tiempos tan especiales, si no aprovechamos el momento para ponernos al día, puede que no haya otra oportunidad.

El Viejo Maestro Jin, con voz temblorosa, respondió: —Este humilde... no entiende... el significado de Su Alteza.

El Príncipe Shen rió entre dientes: — Solías adivinar mis intenciones con precisión. Ahora, ¿estás realmente confundido, o sólo finges estarlo?

El Viejo Maestro Jin se arrodilló en silencio, mientras Xiao Bao miraba fijamente al Príncipe Shen con una mezcla de intensas emociones.

El Príncipe Shen se burló: — ¿Te contó tu padre alguna buena historia?

Xiao Bao se quedó de piedra.

— En realidad, cuando eras bastante joven, en torno a los doce o trece años, ya te había visto antes. Siempre ibas detrás del sobrino del Emperador, tímido y con pocas probabilidades de llegar a mucho. Es una lástima que mi juicio fuera tan pobre al visitar a tu familia; pensé que tu padre no era más que un tosco campesino. Resulta que me equivoqué y eso trastocó mis planes. Tú no eres más que un tonto ignorante, que también trastorna mis planes. Ah, es degradante para mí incluso enfadarme por gente como tú, pero de hecho, me enfada.

Este discurso, aunque pronunciado casualmente como si se trataran asuntos domésticos, dejó a la familia Jin sudando profusamente de miedo.

— Ah, Joven Maestro Jin, tu destino es ciertamente peculiar, destinado a disfrutar sólo de veinte años de fortuna. Debes estar preguntándote cómo has pasado de repente de ser un rico Joven Maestro a un prisionero. En verdad, Huai En no tiene la culpa de esto. Si hay que culpar a alguien, es a la insaciable codicia de tu padre y a su multitud de pecados.

•Blooming Flowers, Silent Sorrow• Traducido al español. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora