Un Dragón bajo la tormenta

31: La serpiente en la luna

Sin duda, Hermione ya no sabía si el mareo era por el viaje o por el embarazo, estaba a punto del desmayo esa mañana y en plena cubierta del barco, todo le daba vueltas… Maldita sea, maldito Draco ¿Qué necesidad de que ella estuviera siguiéndolo y con el fruto de su amor en su vientre?

Pero llegó a un punto en el que estaba a punto de bajar las escaleras cuando todo le dio vueltas y sintió claramente como caía irremediablemente al piso, pero en el aire fue sostenida por  unos brazos, supo que era cargada y conducida hacia una camilla y esperó a que el mareo pasara

Cuando reaccionó, a su lado, había un hombre joven, preparando unas pociones, ella hizo un gesto y se incorporó mirándolo, el se volvió y sonrió amablemente, era un hombre guapo, de sonrisa cálida, portaba una bata blanca y le pasó una pócima, ella la tomó con desconfianza

-Es para el vómito… - le dijo

-No puedo tomar cualquier cosa – Murmuró mirándolo de pies a cabeza, era alto, delgado, mas o menos guapetón, pero con una linda sonrisa

-Si, lo se ¿Cuánto tiempo tienes de embarazo? ¿Dos meses?

-S-si…

-Aja ¿Sabes que es peligroso que viajes en tu estado? Por la presión, el cambio de clima, muchas cosas, la alimentación… a ver, bebe eso, que no le hará daño a tu bebé, te voy a revisar

-Estoy bien – suspiró

-Claro que no, al menos no por el momento ¿Dónde está tu esposo? Tenemos que avisarle…

-Mi marido… está en otro barco… yo… lo estoy alcanzando – masculló

-Pues no debió viajar sola señora…

-¡Oh, llámeme Hermione por favor! como que no me convence que me digan “señora” por el momento.

-¿Hermione Granger?

-Eh… si…

-Escuché que ella y el señor Harry Potter viajaban en el barco, pero no los conocía en persona, mucho gusto, soy el sanador Tatum Asiaín, pero llámeme Tatum simplemente…

-Eres muy joven para ser sanador…

-Tenemos mas o menos la misma edad, bueno, creo que soy mas grande que ustedes por un par de años solamente, soy Noruego, estoy haciendo una practica en este barco, que termina al arribar al último puerto.

-Y te regresas a Noruega

-No, yo ya vivo en Londres, ahí estaré en San Mungo

-¡Que bien!

-Bebe tu pócima Hermione, así al menos tu estómago no se revolverá, hay días en que la marea es más fuerte y hace que el barco se zarandee mucho

-Quizás pueda prepararle una pócima a Harry, ha estado mareado…

-Por supuesto – sonrió el sanador pero no la dejo salir hasta que su estomago estuviera bien, finalmente, Hermione regreso a su camarote en donde Harry la esperaba

-¿Dónde estabas? – Preguntó – Me preocupé por ti

-Empecé a sentir los achaques del embarazo y estuve en la enfermería

-¡Oh! ¿Pero ya te sientes bien?

-Si, el mareo disminuyó y ya no tengo vómito, el sanador también preparó algo para ti, es muy buena gente y guapo, se llama Tatum…

-Hermione…

-Harry, no pienses mal, que todavía no pienso quedarme viuda, no hasta que encuentre a Draco y me pida perdón de rodillas por dejarme, y después ir a darle un escarmiento a Ronald Weasley.