99: ¿Querían tener ahijados, no?

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Era un día lluvioso, tranquilo, hermoso… en aquella mansión todo era felicidad, regocijo… sin duda alguno, tres mujeres eran felices ¿O estaban a punto de llorar? Pero se miraron una a la otra y suspiraron

-Si – suspiró Salesia llena de polvo... blanco de talco aclaro, porque del otro hubiera sido mejor para relajarse, el delicado peinado estaba echo un desmadre y su ropa olía a pis – Y nosotras que decíamos ¡Que bien que estén embarazadas!

-¿Y de quien fue la idea de darles 48 horas sin niños para que se reencontraran amorosamente? – Frunció sus labios Mione

-¿No fue tu idea? – se quejó Alioth

-Pero estábamos felices que fueran a tener más bebés…

-¡Nosotras los cuidamos! – Gimoteó Mione - ¡No se preocupen, que nos encargamos de los niños!

-Ya me duelen los brazos – chilló Salesia

-A mi me duelen las piernas – lloriqueó Alioth

-¿Y Svetlana no vendrá a ayudarnos?

-Nos urge ayuda – suspiró Salesia al ver que los peques comenzaban a moverse

Kai salió del baño y aun se enjuagaba la boca con el antiséptico, las madrinas sentadas, le miraron con algo de compasión, claro que no faltó que Alioth se riera y Kai le hiciera tremendos ojotes

-Yo te dije que al cambiar de pañal a los niños, cerraras la boca…

-¿A que sabe la pis de bebe? – Dijo Svetlana de pronto al entrar

-¿Dónde andabas? ¿Acaso no ves que estamos muertas? – Se quejó Mione

Y de repente, todos comenzaron a llorar como si se hubieran puesto de acuerdo y las madrinas se quedaron boquiabiertas ¡Si no hacía media hora que habían logrado dormir a todos!

-¡Esto no es posible! – suspiraron

-A ver… Alioth… tienes que ir a ver a los monstruitos, digo, a los otros niños que están jugando en la sala contigua…

-Cierto… Kai, ayúdame…

Salesia se puso de pie y se acercó a todos los cuneros que habían, si hasta parecía de hospital, contempló uno a uno los bebecitos llorones que comenzaban a protestar por el hambre, o porque había ensuciado el pañal o por que simplemente querían un abrazo

El único que no daba mucha guerra por el momento, era el hijo de Luna, que ya estaba más grandecito, con cerca de un año y medio o menos, era más fácil manejarlo y aparte estaba acostumbrado a ver a esas mujeres ¡Bueno! Hasta Luna ya no les tenía muchos celos… de lo contrario, primero muerta antes que ellas cuidaran a sus criaturas

La hija de Draco estaba ahí, la pequeña Narcisa, Cissy como le decían de cariño, tal como Hermione había predicho, rubia de los pies a la cabeza y los hermosos ojos de su padre, la tomó en sus brazos y revisó el pañal, tenía que cambiarla

Svetlana se encargó de revisar al hijo más pequeño de Harry, Sirius, el pequeñín que sin duda alguna, era toda ternura, pero cuando lloraba, daba unos tremendos berridos que era difícil aguantarle el llanto

Mione se acercó a la cuna de Claudia, la hija de Lavender, la cargó y comenzó a darle biberón mientras que intentaba que la bebiera y que se calmara un poco, pues los padres estaban con permiso de 48 horas completamente solos y sin preocuparse por sus retoños que ya andaban en los cuatro meses casi todos

Y claro que no faltaron los trillizos Krum, los pequeños comenzaron a llorar más fuerte y las tres madrinas presentes se miraron una a la otra y suspiraron, ni modos, tenían el otro brazo, a usarlo con el otro bebé…

Un Dragón bajo la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora