47: Tú solo obedéceme

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El rostro de Harry estaba cambiado por completo, era otro, sin duda alguna, esa tarde justo se había encontrado con Hermy y Draco quienes entraban en la misma tienda para bebés que ellos, las dos parejas recorrían los diversos objetos para los recién nacidos y hubo un roce entre Hermione y Mónica por un juego de colchas en color azul

-Pero mi amor – Dijo Draco - ¿Y si resulta ser niña y tu se lo compras en azul?

-No notará la diferencia…

-Yo preferiría que todo fuera en verde o amarillo… así si es niño o niña, no habrá ningún problema

-Y el mío será niño – aseguró Moni apoderándose del juego de colchitas

-Señoras – Intervino Harry – no se van a pelear por ello…

Las dos miraron a Harry con instintos maternales asesinos y mejor se hizo a un lado, habían pasado unos meses ya, Hermione andaba cerca de los siete meses y Mónica tenía seis, sus pancitas eran moderadas, dado que ninguna era gordita, así que su crecimiento era el promedio

-Enloquecen – dijo Draco acompañándolo en su dolor – Hermione ha decorado el cuarto del bebé doce veces y Wynne la consecuenta en ello

-¿Dónde está tu hija?

-Con Aldonza, quería venir pero es imposible, si Hermione se pone mal, tendría que moverme rápido.

-Mónica lo ha hecho ocho veces y la última pidió unas sábanas tejidas a mano de alta costura de Francia

-¿Qué tanto puede ser poner una cuna, una mecedora y papeles multicolores? No lo entiendo…

-Si ¿Por qué todo tiene que quedar perfectamente decorado? Que si las cortinas, las sábanas y las almohadas, el juguetero, el closet y hasta los pañales…

-Mujeres…

-Caprichosas…

-Gastando nuestro oro a su antojo… interesadas…

-¡Eah! ¿Qué tanto confabulan en nuestra contra? – Advirtió Hermione

-¡En nada mi amor!

-Oye Draco, dame oro que necesito pagar mis compras…

-Si mi vida – sonrió el rubio y luego se volvió hacia Harry – Te lo dije

El moreno asintió mientras que Mónica se acercó a el, orgullosa con el juego de sabanitas azules, ella se veía realmente hermosa, con sus ropones de maternidad de colores pasteles.

-Harry, paga esto – le puso todo en sus manos mientras ella se hacía un masaje en la espalda

-¿Te duele algo?

-Ligeras molestias, pero el sanador ya me explicó, entre mas crece la panza, más dolor en la columna

-¿Cómo sabes que es niño? ¿Ya te lo dijo el sanador? Oye, con los muggles hay una cosa que se llama ultrasonografía y se puede ver como está el niño y saber su sexo ¿Qué me dices?

-Va a ser niño Potter, no seas necio… Paga

Harry puso los ojos en blanco y se formó atrás de Draco quien se volvió y le dijo en confidencia

-Mujeres… apenas se acuestan contigo y ya te exprimen…

-Draco mi amor – Masculló Hermione sentada a lo lejos - ¿Qué confabulas con Harry?

-Nada cariño, solo charlamos

-Aja, los grandes amigos, como no…

-¿Será que gastamos mucho? – Se sentó Mónica a su lado

-¡Claro que no! ellos que exageran y ponen unos ojotes para hacerte sentir culpable, Harry tiene dinero, deja que gaste en su hijo…

-Necesito que me pases la dirección de tu decorador de bodas, Harry quiere que nos casemos en cuanto nazca el bebé, dado que no pudimos hacerlo antes como ustedes – Y mostró su anillo de compromiso

Hermione sonrió al recordar su boda, Wynne luciendo hermosa llevando los anillos que usarían sus padres, ella con un vestido sencillo, que más o menos ocultaba su hermosa pancita, el novio tan guapo de gala, los dos juntando sus varitas, jurando amor eterno.

No es que fueran muchas amistades, mezclar magos con muggles no era fácil, sobre todo por el lavado cerebral a los muggles parientes de Hermy para que no notaran las cosas raras durante la boda, Luna bailó hasta el cansancio con Blaise y bebió mucha champaña

Ahora si el moreno tuvo que llevarse a su mujer casi cargando, una situación un poco graciosa, pero ni modos así era la cosa, Mónica y Harry se habían retirado un poco temprano, por el trabajo, pero ella no lo dejaba, seguía de su secretaria ¡No iba a descuidar a su marido ni un momento!

-¡Listo! – se acercó Draco con todas las compras

-¡Listo! – también se acercó Harry

-¿Y si tomamos un café? – Sugirió Hermy – tengo hambre…

-Que raro…

-¡Hey, tengo que comer por dos! A tu hijo se le antoja un helado de menta con chispas de chocochips…

-No me digas…

-Y un pedacito de Pay, con un café Express

-¡Yo también quiero! – Se apuntó Mónica

Draco y Harry respiraron mientras las siguieron lentamente, las muchachas parloteaban sobre bebés y Hermy le daba una cátedra a Mónica sobre el cuidado y la atención del bebé de los cientos de libros que había leído, hasta llegar a la cafetería. Ellos con su te, ellas atacando los postres y aludiendo de que el niño tenía antojo de esto y de aquello, aunque claro que a las mujercitas por la noche luego tenían antojos de otro tipo.

En tanto, en San Mungo, Tatum visitaba a Lavender, ella estaba aún recluida, pero el sanador mental le había dicho que ya se le iba a dar de alta, así que el había ido a darle la buena nueva.

-Así que mañana te vas de aquí, estarás bien – le dijo Tatum con una sonrisa discreta

-¿Me voy?

-Si, ya estas mejor Lavender, has pasado mucho tiempo recluida y no estás loca

-¡Pero yo no quiero irme!

-Tienes que retomar tu vida…

-No Tatum – Susurró la muchacha – no quiero irme…

-¿Por qué no? tienes una vida fuera de aquí, es tiempo que la retomes, que te enfrentes a tu realidad, tu trabajo te está esperando

-No, no – Negó la rubia mirando con desesperación al Sanador y de repente, pasó algo que dejó sin habla a Tatum… Ella se lanzó a su cuello, rodeándolo con sus brazos y pegando su boca a la suya

Eso tomó por sorpresa a Tatum, al sentir la presión de los labios de Lavender, dejándose llevar, olvidándose de las palabras de Hermione, que tuviera cuidado y que no fuera a enamorarse de una paciente… sobre todo de una que había estado tan enamorada de Ron.

No la apartó ni se apartó, al contrario, dejó que lo besara y el mismo cooperó con algunas caricias, con eso Lavender le daba a entender que no quería irse, que a lo mejor por no dejar de verlo, al menos esa era la idea que el muchacho se formaba en su mente

-No quiero irme – susurraba Lavender

-Tienes que hacerlo – Carraspeó Tatum y ella comenzó a elucubrar su siguiente plan, sin duda, no quería que el la dejara… era su tabla de salvación.

Un Dragón bajo la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora