Un Dragón bajo la tormenta

20: Ébano y Marfil

Ginny salió a la calle… como autómata, no se como es que llegó a su habitación y se sentó en la cama, y no es que sintiera culpable ¡No que va! Lo que pasaba es que jamás en su vida había pensado en que un slytherin hiciera el amor de ese modo, aún podía sentir las manos de Blaise recorriendo su cuerpo…

Cerró los ojos y se acostó en la cama, suspiró y sonrió al recordar todo lo que había pasado durante la noche ¡Oh, si! Ese Blaise si que sabía lo que hacía, ni siquiera se acordaba de Harry… (Ni yo tampoco)

Porque volviendo con Harry… este recibía una visita en su oficina que lo dejó, digamos, un poco anonadado, pues una preciosa muchacha pasaba llevando un montón de documentos y papeles

-Buenos días señor Potter – sonrió Mónica

-¿Y tú quién eres? – Se ajustó las gafas y la recorrió de los pies a cabeza

-Me llamo Mónica Underwood – sonrió la muchacha – Y estaré a cargo como su secretaria

-Yo no… no solicité ninguna y…

-Lo se señor Potter – y le alargó una carta, el moreno la leyó ávidamente y bueno, es que Blaise había movido mar y tierra, dado buen oro para que pudieran darle trabajo a Mónica como secretaria de Potter

-¡Vaya! ¿Así que es para aligerar mi trabajo? – Suspiró, pero observó mejor a la chica, ella en si, era una delicada muñeca de porcelana ¿Cómo es que una niña que se notaba de buena cuna y sangre limpia estaba de simple secretaria?

-Claro que si señor Potter, si quiere podemos comenzar – sonrió con dulzura y eso desarmó a Harry

Lo que sea de cada quien, Mónica resultó ser buena en ese tipo de labor, la cual constaba de acomodar los expedientes, enviar las cartas y traerle todo lo que el solicitara, pero es que no había sido de casualidad… Blaise la había aleccionado perfectamente bien

Habían pasado un día y una noche aprendiendo montón de papeles, funciones como secretaria, un mapa del ministerio que memorizaba y le impedirían perderse, Mónica no tenía pretexto alguno

Así que conocía bien el ministerio a esas alturas y se movía con facilidad, de cierto modo, a pesar de cual era su objetivo, Moni se sentía liberada y el trabajo la hacía sentir útil… aunque fuera por un negro propósito

Pero claro que Blaise sabía una cosa, que los ojos de Harry no se podrían despegar de Moni, y es que quería distraerlo, porque aunque Ginny podría ser mucho más guapa que la muchacha, lo que Moni tenía, era que sabía vestirse y arreglarse como una princesa primorosa e infinitamente tierna.

Y era la verdad… el moreno siguió paso a paso todo lo que ella hacía

Mientras que Hermione hacía una vida familiar, estaba totalmente ajena a lo que pasaba fuera de ahí, porque llegada la tarde, parecía que todo había cambiado… Harry se daba cuenta que trabajaba perfectamente bien con Moni, que la muchacha no se quejaba y los cerros de papeles no le asustaban

Pero para Moni era preferible lidiar con papeles que lavando, trapeando o haciendo cualquier otra cosa, en cambio como secretaria, podría tener sus manos impecables, perfecta manicura y delicadeza, pero también, ella tenía otro pendiente ¿Cómo enamorar a un hombre que tenía en su escritorio la foto de su hermosa novia?

Pero su hermosa novia

Esa tarde en particular, se alisaba el cabello y se miraba al espejo… estaba ansiosa, nerviosa, en su trabajo no había podido dejar de pensar en Zabini, no la había invitado de nuevo, pero ya no podía dejar de pensar en él… se mordió los labios y cerró los ojos pensando en el moreno de ébano, desnudo, en la cama

-¡Blaise! – susurró Ginny pasando sus manos por su cuello y al abrir los ojos, la foto de Harry en su tocador

Sus ojos se centraron en él ¡Tantos años esperándolo! Y ahora que era suyo, se le iba de las manos ¿Por qué Harry no le hacía el amor como Blaise en esa noche? La había adorado tanto y echo gozar que no entendía nada. Claro que el sentimiento de culpa la inundó, se había acostado con otro…

-Lo siento mucho Harry – masculló la pelirroja y se puso de pie, se miró al espejo, portaba un vestido enmarcando su voluptuosa figura y su cabello rojo brillaba como el fuego

Se puso su capa, tomó su bolso y salió de su habitación, por fortuna aún no vivía con Harry, así que era independiente… sus pies fueron directamente a la casa de Blaise, en donde ella entró sin ningún problema, encontró a Blaise sentado frente a la chimenea, el crepitar de las llamas hizo que su piel brillara

No hubo muchas palabras, solo se vieron uno al otro y ella siguió su camino hacia la habitación de Blaise, dejando en el camino, su capa, su bolso, deslizando su vestido de su cuerpo y al entrar en la habitación, dejando las bragas a un costado, se sentó en la cama y esperó…

Blaise con toda calma recorrió el mismo camino, recogiendo prenda por prenda como en un juego sensual, al entrar a la habitación recogió la delicada prenda de seda pequeña y miró a la pelirroja sentada en la cama, completamente desnuda, esperándolo…

La sangre del moreno ardió por sus venas como torrentes de lava, su mirada se tornó febril y deseosa… En sus sueños siempre había esperado ese momento, entrar a su habitación y encontrarla a ella, esperándolo… ahora el sueño se hacía realidad, la hermosa pelirroja, era toda suya

Dejó la ropa sobre una silla, mientras que el aflojaba su camisa, contemplando la perfección en esa mujer, pero antes que él se quitase una prenda, sacó de una cajonera, un estuche y lo abrió, sacando de ahí un collar, un hermoso collar de diamantes y adornado con rubíes

Ginny abrió los ojos cuando Blaise se lo puso en su cuello, el collar pesaba, pero era simplemente hermosa, los ojos del moreno brillaron y acarició el rostro de la muchacha que no supo que decir

-Fue echo para una princesa – susurró Blaise – pero tú eres una reina… eres una diosa, Weasley

-Pero esta reina, necesita un hombre esta noche – respondió

-Yo puedo ser ese hombre – sonrió el moreno y se inclinó para besarla y arrastrarla a la cama, recorriendo su cuerpo extasiado, sin quitarle el collar, el cual tenía colguijes que le llegaban hasta los senos.

Sinceramente, a Ginny Harry le importó un carajo, el modo en que Zabini explotaba toda su sensualidad era simplemente un estallido de pasión y de amor, en ese momento no le interesaba más nada, si, era infiel, si, le estaba pintando el cuerno terriblemente a Harry, pero es que el pelinegro, jamás la había echo gozar como el slytherin en solo dos noches

Mientras que el pobre cornudo, en ese momento, llevaba a Moni a su casa, lleno de culpa porque habían salido muy tarde, ella sabía ser tierna, sensible y comprensiva, inclusive era simpática, aquello había atrapado a Harry, pero claro que el se decía que era bonita y todo, pero su amor, su amor era para Ginny

Mónica dudaba que en dos semanas, pudiera hacer cambiar de opinión a Harry, quizás necesitaría más que eso, pero esperaba que a esas alturas, Blaise hubiese logrado convencer a Gin de dejarlo, eso quizás facilitaría su camino, finalmente, ella obtendría dinero, se largaría de ahí y comenzaría una nueva vida en otro sitio…

Lejos de toda esa jauría hipócrita