Un Dragón bajo la tormenta

48: Sobre advertencia no hubo engaño

Unos pies descalzos caminaban por el lugar, despacio, buscando algo… todos dormían a esas horas, pero ella sabía que había uno que no lo hacía, evitando que las enfermeras u otros sanadores le vieran, encontró el consultorio y lentamente abrió la puerta…

Si, ahí estaba, despierto y haciendo la guardia nocturna, se hizo a una idea y lo notó que leía un libro, claro que en realidad, Tatum se acordaba más de ese beso que de otra cosa y es que estamos de acuerdo, no era feo, era bastante guapo, pero metido en sus libros y trabajando, no tenía tiempo de nada

Ahora una de sus pacientes le había dado un beso, el no quería emocionarse por un simple beso, pero su inexperiencia en el aspecto amoroso hacía que en ese momento fácilmente su corazón se ilusionara.

-Tatum – le habló Lavender desde la puerta y el pegó un respingo

-¿Qué haces aquí Lavender?

-Tenemos que hablar…

-Deberías estar durmiendo

-Tatum – se acercó a él y de inmediato se abrazó a su cuerpo

-Lavender ¿Qué te pasa?

-Bésame – le dijo la muchacha poniéndose en puntas y buscando sus labios. Aunque sorprendido, Tatum le correspondió y la besó con intensidad, con hambre, con esa pasión escondida que el poseía dentro de sí

¿Qué le había gustado de Lavender? Igual podría ser que parecía desvalida, que su corazón estaba roto, a lo mejor le gustaba su pelo rubio y rizado, o que poseía enormes ojos claros, no lo sabía, pero algo de ella le había gustado.

Los besos fueron elevando la intención, Lavender sabía a lo que iba, necesitaba un poco de amor, de calor, estaba muy sola, extrañaba increíblemente esas noches frías que pasaba con Ron, en la que él se satisfacía y se olvidaba de ella, pero eso parecía que no le llegaba a su cerebro.

Poco a poco, las caricias también volvieron sordo a Tatum, a no escuchar las advertencias, ni nada por el estilo, el solo quería sentirla como ahora, ella parecía poder hacer muchas cosas con el, cosas que no hacía con Ron porque este era muy especial para el sexo

Pero Tatum se dejaba tocar, amar, estaba extasiado, como si fuera un adolescente que hace el amor por primera vez, lentamente se llevó a Lavender a la cama de exploración, que si era pequeña pero… no había otro lugar…

Esa misma noche, los dos se entregaron apasionadamente, sin que nadie los molestara, Lavender atrapó a Tatum en sus brazos, en su poder, era la primera vez que tenía a un hombre a sus pies, el cooperó muy bien, recorrió el cuerpo de la muchacha con intensidad

El sanador también era delgado, quizás no tan robusto como Ron, pero poseía lo suyo y se esmeró en hacerla feliz… era la primera vez que un hombre pensaba en ella, que se interesaba en su bienestar, que quería que disfrutara su amor y su pasión

Tatum era feliz y ella lo manipuló de ese modo para evitar que la mandaran a casa, porque sabía que ahora sería él quien la buscara, quien añorara sus brazos y si se quedaba en el sanatorio, podrían hacerlo todas las noches, el podía adueñarse de su cuerpo y hacerla su mujer

Inclusive el cambio sus guardias esa semana para quedarse en las noches, por ella, para poder vigilar su sueño, para poder besar sus labios, para hacerla feliz y que olvidara sus problemas…

El sanador mental le dijo que ella debía abandonar, pero el insistió, el quiso que ella se quedara un tiempo más, lo complacieron, pero sospechando que algo pasaba, sin embargo como su trabajo era bueno, nadie quiso dudar, el sin duda, sus razones tenía.

Pero la mente de Tatum no podía pensar en otra cosa más, estaba muy enamorado, sus intensos ojos dorados solo pensaban en Lavender, quien en la cama era una diosa ¿Cómo era posible que sufriera por amor cuando ella era magnífica? Claro, el no sabía como la reprimía Ron, y sin embargo, ella veía a Ron en Tatum, y eso no lo había descubierto.

Una noche Lavender visitó a Tatum, este estaba preocupado puesto que el director le había dicho que ya no podría hacer guardias nocturnas, solo en las mañanas, necesitaba decirle a Lavender que debía dejar el hospital que estuviera en su casa y que él le daría todo lo que necesitara…

Idiota

Así que en su última noche juntos, los dos estaban en plena faena en el sillón de una de las habitaciones, con Lavender sobre el… aquello era caliente, era intenso, era único, el joven sanador se sentía rey del mundo y de la situación, los movimientos de la muchacha eran gloriosos para el

-¡Oh, Lavender, Lav! – Gemía Tatum enardecido con la pasión

Ella no decía nada, solo gemía, se quejaba, cerraba los ojos imaginando no se que cosas y cuando por fin, el sanador sentía que se corría dentro de ella, Lavender abrió los labios para decir su nombre… su maravilloso nombre, el de aquel que la torturaba tanto

-¡Oh, Ron, te amo! – Casi gritó…

Estúpida…

Si alguien escuchó un crujido… fue el de un corazón de cristal que se rompía en ese momento, cuando se hizo un silencio incordioso casi en cámara lenta cuando ella dijo esa frase célebre…

Tatum solo abrió los ojos de golpe y se dejó de mover, sus labios temblaron y se sintió el hombre más imbécil del mundo (lo celebro, te lo advirtieron pendejo 😌) Lavender reaccionó también y aun descansaba sobre sus hombros

Fue al instante que el la quitó de encima y se abrochó los pantalones, con el corazón agitado y el dolor más grande que en su vida y en su orgullo de hombre pudiera haber recibido, Lavender sintió que el mundo le caía encima ¿Ron, te amo? ¿Es que aún no lo podía olvidar?

-T-Tat…

-NO – Dijo el sanador – No digas nada… por favor… cierra la boca…

-¡Pero yo!

-Aquí el único idiota soy yo… te suplico que mañana mismo abandones el hospital, ya no tienes nada, es mejor que vayas a buscar a “Ron”, el te puede ayudar mucho más que nosotros

-P-perdóname Tatum…

-No tengo nada que perdonarte… yo soy el idiota aquí

-¡Es que sigo confundida! – Gimió llorando

-Si, que bien – Dijo el sanador entre dientes terminando de acomodarse la bata blanca, evitando que sus hermosos ojos se llenaran de lágrimas, puesto que los hombres no debían llorar

-P-Por favor, no te vayas…

-¡Basta ya Lavender! – Gritó y se volvió a verla – Despierta… Busca a ese estúpido que casi provoca que mueras, enfréntalo y suplica su amor de nuevo, porque por lo visto, puedes llegar a morir por el, lo felicito… te tiene a sus pies

-¡Tatum!

-Por lo que a mí respecta, no me busques más, yo no te conozco, no te conocí nunca… y espero dejar de ser el imbécil que siempre se enamora de la mujer equivocada…

-¡No me dejes!

-¡Déjate de hipocresías! Busca a tu hombre, a tu verdadero amor y muere por el, dado que eso te gusta…

-Pero…

-Yo no soy Ron… a mi no me amas… me has roto el corazón, felicidades, ya puedes decir que te has desquitado de lo que te han hecho los malditos hombres – Dijo con amargura y se desapareció… Lavender quería morirse… de nuevo